El pasado mes de enero, un matrimonio de Toledo recibió en acogida un niño de casi dos años. Se trataba de su primera experiencia en régimen de acogimiento, un sistema que en Castilla-La Mancha funciona a pleno rendimiento y que se promueve y fomenta desde la Administración. No por ello es un proceso fácil. La preparación de ambos como padre y madre de acogida comenzó en el verano de 2018, en octubre realizaron las primeras entrevistas y fueron aceptados a lo largo de 2019. La llegada del pequeño cambió sus vidas y aunque sabían que el acogimiento es temporal, no esperaban encontrarse con la situación posterior: el pasado mes de julio, la Delegación de Bienestar Social les comunicó que se iniciaba el procedimiento para su adopción y sus acogedores afirman que eso supondrá romper el vínculo con su familia biológica, con la que mantiene una “positiva” relación. “Es muy feliz en su situación actual. Cambiar ahora de familia y de contexto le perjudicará”.
A los padres de acogida no se les permite realizar la adopción al ser incompatibles ambos regímenes. En conversación con elDiarioclm.es el pasado lunes, ambos reconocieron que es una situación que ya conocían cuando ingresaron en el programa, pero pasados los meses, admiten su error y están convencidos de que el menor, ahora de dos años y medio, sufrirá con el cambio de familia.
Explican que el padre y la madre biológicos del niño, pese a no poder hacerse cargo de él, han mantenido siempre “una actitud positiva en las visitas” con el pequeño. “No viene de una historia de maltrato. Desde que recibimos al niño en nuestra casa, notamos que había sido muy querido, que no había sido dañado, que en su familia había habido tanto amor como incapacidad", detallan.
El matrimonio insiste en todo momento en que lamentan el error de haber elegido esta tipología de acogimiento pensando en que, “por muy dura que pudiera ser la despedida, iban a colaborar con una buena causa”. No creen que lo hayan hecho, porque ahora ven que ocho meses en la vida de un niño tan pequeño ha generado “un fuerte vínculo” con ellos, “estrechados intensamente” durante el confinamiento.
Durante los últimos meses, han presentado varios escritos a la Delegación provincial de Bienestar Social en los que solicitan que la medida propuesta sea la de acogida permanente. “La injusticia que vemos es tremenda y sentimos una gran impotencia de ver lo complicada que es esta batalla", cuenta la madre a elDiarioclm.es, sobre todo porque la adopción, afirma, es “inminente”. “Solo pedimos por favor que la Administración se replantee el caso y si no, al menos que de manera urgente pare este proceso hasta que un juez decida, por respeto también a la nueva familia adoptiva y, sobre todo, al niño, pues precisamente lo que buscamos es que este no ande saltando de acá para allá", subraya la madre de acogida.
A este matrimonio le gustaría que todo pudiera resolverse por la vía administrativa, pero tras sentir reiteradamente que la Administración "es como un muro", no descarta optar por la vía judicial en favor de lo que considera “una causa justa”. También quieren dejar claro que con los trabajadores de la administración “el trato ha sido también siempre muy correcto en todo momento, aunque no estemos de acuerdo para nada con su decisión".
El Gobierno regional afirma que prima el "interés superior" de los menores
Esta familia considera que el criterio que se ha tenido en cuenta para proponer al niño a adopción ha sido su corta edad, pues conocen otros casos en los que, dentro de un mismo grupo de hermanos, los más pequeños han sido adoptados y los más mayores han ido a acogida permanente, manteniendo solo los últimos el contacto con la familia biológica. Consultada a este respecto, el Gobierno regional afirma que garantiza en todas sus actuaciones el "interés superior" de los y las menores "velando por su bienestar y la protección de sus derechos en todo su momento". Además, según técnicos de los procesos de adopción, el proceso es garantista y siempre prima que "el menor o la menor pueda mantener el vínculo con la familia biológica" si así lo permiten las circunstancias.
Otro de los criterios por los que se rige la administración para proponer la adopción es que la considera una medida más estable para el menor que una acogida permanente. Pero en este sentido, los acogedores reiteran que estarían dispuestos a adoptar y a que se mantuviera la relación del niño con la familia biológica, pero ni a ellos se lo permiten al estar en la bolsa de acogida y no en la de adopción, "ni se están dictando adopciones abiertas en Castilla-La Mancha", aunque "es una posibilidad que existe porque la ley de adopción abierta es para todo el territorio nacional”.
La cuestión es que a fecha de hoy la familia de acogida no dispone de una resolución de adopción para poder reclamar judicialmente al no figurar, como sí figura la familia biológica, como parte implicada en el proceso, un reconocimiento por el que están luchando. Al parecer, esa resolución se entrega a los padres biológicos en el último momento y el plazo para efectuar su reclamación comienza cuando el niño está viviendo ya con la nueva familia adoptiva en la modalidad de "acogimiento preadoptivo". "Para entonces, ya es tarde si se quiere evitar que el niño ande cambiando de familia".