Si hay una época ideal para aprender de la naturaleza ‘urbana’ es sin duda la primavera. La mayoría de árboles y plantas están en pleno florecimiento, y sus habitantes, principalmente aves, disfrutan de sus múltiples formas de cortejo y apareamiento. Una ruta con expertos en la materia es la opción más adecuada para aquellos que no somos muy duchos en la materia pero que no por ello cejamos en nuestro interés por conocer algunas curiosidades que de otra forma nos serían totalmente ajenas.
Así lo ha querido facilitar este año la edición toledana del Festival Pint Of Science, que aúna una copa de vino o una 'pinta' de cerveza con el conocimiento de la ciencia. Sus impulsores este año en Toledo, el grupo de divulgación ‘Ciencia a la Carta’, se han aunado con SEO/Birdlife en una de sus sesiones, la primera al aire libre, llevada a cabo en el Cigarral de las Mercedes, una de las fincas que aúnan mayor patrimonio natural de la capital castellano-manchega.
Alrededor de medio centenar de personas han podido conocer parte de estos “árboles de proximidad” de la mano del ingeniero forestal y botánico Enrique García Gómez; así como las aves “nómadas del viento” con el ecólogo animal, investigador del CSIC y biólogo Juan José Sanz Cid. El recorrido ha abarcado desde las especies más típicas mediterráneas como el olivo hasta el ciprés, ese árbol milenario y estilizado, de nombre científico ‘cupressus sempervirens’, asociado curiosamente a la muerte pero que en realidad es el símbolo de la “fusión del cuerpo con el alma”. Los cipreses han sido siempre los favoritos para la jardinería debido a la su fácil alteración “a base de tijera”, lo que ha provocado que muchas veces “ni sepamos cuál es su forma natural”, alta y robusta.
Pero uno de los temas que más curiosidad ha despertado es la propia reproducción de árboles y plantas: por semillas, por esquejes (fragmentos separados) y también por injertos. Esta última forma la utiliza el hombre con una finalidad estética para los jardines y consiste en aplicar sobre un tronco de un tipo de planta otra modalidad de flor (por ejemplo, los cerezos). Aquí Juan José Sanz señala la importancia de los jardines para “monitorizar” el cambio climático: la floración ofrece indicadores biológicos que cómo la naturaleza puede verse afectada por los cambios bruscos de temperaturas.
Los pinos de todo tipo también son una parte importante de la geografía castellano-manchega y no son una excepción en Toledo. ‘Carrascos’ o ‘Piñoneros’ son también el hábitat de aves como las palomas torcaces, un pájaro habitual del campo que no obstante ha terminado por acudir al medio urbano, debido a que encuentra más comida y hay menos depredadores.
Enrique García Gómez presta especial importancia al laurel. Habitual de la gastronomía española, es un árbol asociado también a la nobleza y a las personas "distinguidas" como demuestra su secular utilización desde el Imperio Romano en las coronas de personajes destacados en todas las artes. Hoy en día, a la estatua de Miguel de Cervantes de Toledo se le sigue colocando una corona de laurel con motivo del Día del Libro (23 de abril) para significarle como “príncipe de la literatura”. Y aunque la mayoría de las plantas son hermafroditas, el laurel es precisamente una de aquellas en las que se distinguen dos sexos. El género femenino puede reconocerse porque es al que acuden a comer todos los animales por ser “más atractivo”. Después, hay otras especies en las que el género no está en la planta sino en sus frutos (como es el caso de los cerezos).
Con el experto botánico rompemos también el tabú en torno a la peligrosidad de las adelfas. Efectivamente, se trata de plantas tóxicas, pero son totalmente “indigeribles” y habría que tomarlas en altas cantidades para provocar un fuerte daño a la salud. Asimismo, tan solo generan irritaciones y urticaria si se es alérgico o si hay una alta exposición. De cualquier forma, “no suponen más riesgos que otras variedades”.
Enrique García Gómez concluye su recorrido con la encina, el árbol que más superficie ocupa en España y cuya declaración como Árbol Nacional han promovido varias asociaciones por todo el país; y con el cedro, uno de los mayores productores de madera y cuyas diferentes modalidades se caracterizan por la forma de sus ramas: el ‘Atlántica’ porque apuntan hacia arriba, el ‘Líbano’ porque son paralelas al suelo; y el ‘Himalaya’ apuntando hacia abajo.
Coge de nuevo el turno el ecólogo y biólogo Juan José Sanz para adentrarnos en el mundo de los pájaros, algunos de los cuales, como el mirlo común, el jilguero o las palomas hemos podido observar en la ruta por el Cigarral. Realiza una amena charla sobre las principales características de las aves, sobre todo aquellas que más llaman la atención. Para empezar señala que son los únicos animales descendientes de los dinosaurios y que la gran cantidad de colores de sus plumas son el reflejo de su ‘status’. La antigüedad de muchas especies ha quedado reflejada en pinturas rupestres y en su simbología a lo largo de la Historia (desde el Espíritu Santo hasta el símbolo de la paz).
Sus alas son las que les permiten volar pero es a través de la luz que reciben sus ojos como consiguen la orientación en sus múltiples migraciones. Otra gran curiosidad está también relacionada con sus ojos: su mirada es lateral debido a la posición de sus globos oculares (no miran de frente), disponen de un tono y dos sensores más, y su visión es ultravioleta, totalmente diferente a la nuestra. También construyen casas y nidos de múltiples formas: con barro (como las golondrinas), con madera o con tejidos.
Pero es la reproducción uno de sus rasgos más distintivos. Al igual que los humanos, forman familias y parejas, y hembras y machos pueden cambiar de pareja en función de la descendencia. Resulta también curioso que son las hembras las que determinan el sexo de los polluelos y los machos los que se “engalanan” para los rituales de apareamiento. Hay una clara “selección sexual” y sienten por ello una gran necesidad de parecer “sanos”, lo que a su vez conlleva una serie de costumbres del todo llamativas: se hacen regalos, ordenan objetos de colores y se “maquillan” con diferentes sustancias (como el alimoche y el quebrantahuesos).
La importancia de la avifauna lleva a este experto a realizar un llamamiento sobre la necesidad de cuidar a las aves, sobre todo en cuanto al control de especies invasoras, a los residuos de plástico que muchas veces acaban en su estómago y a los efectos del cambio climático. “Conocer las aves es el principio de conservarlas, como sucede con las obras de arte. Hay medios para ello y todos debemos implicarnos”, concluye.