La mujer asesinada en Nombela no es un caso de violencia machista, según la legislación actual. Las leyes, tanto estatales como a nivel regional, todavía no se han adaptado a lo que estipula el Convenio de Estambul. En dicho acuerdo, se explica que toda violencia ejercida contra mujeres por el sólo hecho de serlo, se contemplará como violencia machista. Es uno de los asuntos pendientes a los que apunta la consejera de Igualdad, Blanca Fernández.
“Defendemos que se adapte la Ley integral al Convenio de Estambul para incorporar todas las violencias machistas que son muchas y muy diversas. El Estado debe dotarse de mecanismos para su prevención y la protección de las mujeres y sus criaturas. Estoy convencida de que podremos conseguirlo”, asegura la consejera portavoz. También apunta a la ley de libertad sexual y a la ley contra la trata. “Con ellas daremos un paso más allá, para ser más valientes y acabar con la prostitución. Que no haya mafias que trafiquen con las vidas de las mujeres y niñas, y el Estado debe dotarse de todos los instrumentos”, recalca.
“El feminismo no puede ser localista”
No son pocos los retos a futuro que tiene el feminismo, y es difícil o casi imposible darle una visión puramente regionalista. Es la opinión de Mabel Lozano. “El feminismo no puede ser localista, porque es un movimiento universal. No se puede poner vallas a esta reivindicación. Yo, que he nacido en Castilla-La Mancha, siento que los retos de mi región son los retos de todas”, asegura la directora y activista contra la trata por teléfono. Para Lozano lo más importante es la realidad “brutal” de la violencia contra las mujeres. “Mira lo que está pasando este año, es algo brutal. Es evidente que estamos fallando”.
“Da igual donde sea, las feministas de todos lados nos hemos dado cuenta de la barbaridad de los asesinatos, de la violencia, la violencia vicaria que hemos visto en el caso de las niñas de Canarias”, recalca Lozano. Por eso, explica que uno de los pasos a seguir es estudiar la legislación actual y encontrar dónde se está fallando. “También seguimos viendo violaciones en manada, otro problema gravísimo”, recalca. “Esto no es una agenda regional, nos afecta a todas”, insiste.
Pero también reconoce que en el caso de Castilla-La Mancha, al ser una comunidad principalmente rural, es importante trabajar en el liderazgo y el empoderamiento de las mujeres. “Es algo básico, son consignas que tenemos que dar a las jóvenes de Castilla-La Mancha, que construyan su habitación propia, como Virginia Woolf”, explica la activista. Y es que el “ruralismo afecta principalmente a las mujeres, que son quienes lo tienen más difícil y tienen que trabajar el doble para dar el salto”, recalca.
También coincide con la consejera de Igualdad en que la abolición de la prostitución debe estar en la agenda feminista. “¿Cómo estamos educando a los hombres de nuestra tierra para que la región sea una de las autonomías con más puticlubs de España?”, se pregunta. Blanca Fernández apunta al respecto que las mujeres en contexto de prostitución o que sean explotadas sexualmente son tratadas muchas veces “como esclavas”. “La prostitución es la esclavitud del siglo XXI y, por eso, hemos presentado un proyecto entre nueve comunidades autónomas con un carácter integral para ayudar a las mujeres en contexto de prostitución, con todo tipo de estrategias. Necesitamos un instrumento potente para ayudarlas a salir de una situación en la que sufren vejaciones, humillaciones y, en definitiva, una vida muy penosa”, asegura Blanca Fernández.
Machismo, homofobia, racismo
La gerenta de la UCLM, Matilde Yebra, coincide en que ha habido una escalada de violencia. “Es el machismo, es la homofobia, es el racismo”, explica. “Los retos siguen siendo los mismos, también para nosotros como universidad”, una institución que funciona de una manera como reflejo de la sociedad, desde el punto de vista académico. Por eso, hace también autocrítica en que hay que poner cuanto antes” en marcha el nuevo Plan de Igualdad, por ejemplo en temas de promoción interna. “Tenemos que fomentar medidas de conciliación y también de concienciación; al final, el machismo es la tradición y es lo que impide a la mujer avanzar en puestos de responsabilidad”, señala.
De este modo, también reflexiona que cree que se quiere culpar a la pandemia de la violencia contra las mujeres, pero que no considera que sea así. “Lo que nos ha hecho retroceder es una vez más la normalización de posturas machistas en ciertos sectores de la sociedad. Por eso, tenemos que seguir luchando cada uno desde nuestro lugar; en mi caso desde la gerencia de la Universidad”, afirma. Y recalca: las medidas de igualdad siempre deben ser transversales. Y desde la Universidad, dar ejemplo. “Tenemos que llevar a efectos ese Plan de Igualdad, hacer políticas de lenguaje inclusivo, todo a lo que tenemos que enfrentarnos tras la pandemia, Filomena y el ciberataque. Pero es importante, es feminismo”, recalca.
El futuro del feminismo regional
Feministas de Pueblo es una asociación feminista que funciona a nivel regional. Son “conscientes” de los estragos que ha tenido la pandemia en el movimiento regional y, por eso, se prepararan para convocar una gran asamblea regional para el 16 de octubre, apelando a todo el movimiento feminista unido que resultó de la histórica celebración del Día de la Mujer del 2018. “La llegada de la pandemia con su correlato de confinamiento y estado de alarma habría podido aletargar al movimiento feminista si no hubiera sido por el empeño de las mujeres en estar en la esfera pública alzando la voz y visibilizando el importante y necesario papel que las mujeres hemos desempeñado en los tiempos de crisis sanitaria”, explican.
Además, recalcan que sólo los actos multitudinarios se han restringido, pero que no se han eliminado las acciones conjuntas y reforzadas. “La abundancia de las convocatorias online ha favorecido la alfabetización digital en muchas mujeres que, en otras circunstancias, no habrían tenido la oportunidad de conocer la multitud de recursos digitales que se han puesto a disposición de la sociedad para su uso gratuito e ilimitado”, recalcan. Es gracias a esto, que se ha podido reducir la brecha digital en muchos lugares del territorio. “El futuro del feminismo se adivina prometedor”, concluyen, esperanzadas.