Los trabajadores del centro que la empresa Atento tiene en Toledo han celebrado este lunes la última de las huelgas previstas en las últimas dos semanas como medida de protesta por la “problemática” que, según denuncian, vienen padeciendo los 500 trabajadores de la empresa a los que también se han sumado los del resto de centros que la compañía tiene en España.
Los trabajadores del centro toledano, que presta servicio íntegro a Movistar, aseguran que tras la incorporación de nuevos servicios la carga de trabajo ha aumentado pero el número de empleados sigue siendo el mismo. Algo a lo que ya han denunciado ante la Inspección de Trabajo.
El centro toledano de Atento cuenta con 500 trabajadores (8.000 en toda España) y recientemente se incorporaron nuevos servicios de atención al cliente a cuya gestión se destinó a parte de los empleados de otros servicios ya existentes “quedando con el mismo volumen de trabajo pero menos trabajadores para atenderlo”, explica Ricardo Ortega, secretario del Comité de Empresa y miembro de STC.
La carga del trabajo ha aumentado, algo que denuncian “se une a la obsesión de la empresa por vender productos y servicios a los clientes, creando una presión asfixiante a los trabajadores y un clima laboral que no podíamos tolerar”. Las primeras jornadas de huelga se celebraron el 25 y 26 de junio y también este fin de semana y este lunes se ha repetido en todos los centros del país. A las puertas del centro, representantes de los seis sindicatos con representación y la independiente Adela Manzano han leído un comunicado con sus reivindicaciones.
Por un lado se pide “el cese de la presión a los trabajadores” junto a la conversión en indefinidos de los contratos de empleados que, aseguran, “llevan años en la misma obra y servicio”. Reclaman también pausas en su jornada laboral “para ir al baño”, comisiones por ventas y objetivos “sin penalizaciones, alcanzables, transparentes y bien remuneradas” y el reconocimiento de la categoría de gestor telefónico para los trabajadores que realizan estas funciones establecidas en el convenio. También demandan que se establezca el tiempo previsto y suficiente entre llamada y llamada de los clientes. Creen que se incumple la normativa relacionada con los riesgos laborales. “No hay tiempo entre una llamada y otra para desconectar. Es un goteo continuo. Llevamos años reivindicándolo”, explica Gonzalo Domínguez, de STAS.
Reclaman, por otro lado, estabilidad en el empleo tras los despidos en algunos centros de la empresa y una formación adecuada. “A veces los clientes son los primeros que nos informan de los cambios que se producen”. Por último, solicitan compensaciones por llamadas fuera de horario laboral.
El objetivo, dicen, es conseguir que “se organice bien el trabajo. La situación no es nueva en el sector del telemarketing” y lamentan que ante esta situación, “parece que tenemos que dar gracias por tener trabajo, sobre todo en Toledo, donde hay mucho paro. La empresa es cada vez más exigente y hay más estrés”, señala Domínguez.
La huelga, apoyada de forma “unánime” por los sindicatos no ha recibido, sin embargo, el seguimiento esperado, según reconocen los representantes sindicales. “No ha sido el esperado en parte porque los trabajadores sufren un poco el miedo a que se puedan tomar represalias”, asegura Ortega. Y en este sentido, piden a los trabajadores que se “conciencien” de la necesidad de reivindicar derechos laborales porque “es su futuro”. Las acciones de protesta podrían continuar ante la falta de respuesta de la empresa mientras, de forma paralela, se negocia el convenio colectivo.