Superación, esfuerzo, empeño. Son solo algunos de los adjetivos que marcan las historias que el periodista talaverano Manuel Moreno Sánchez ha recopilado en el libro 'Los que nunca se rinden' (Entrelíneas Ediciones). Se trata de 58 relatos periodísticos que no se dejan ver tanto en las portadas de la prensa generalista y que, sin embargo, son pura información de la vida.
Cuenta este talaverano que una de sus aficiones en su etapa como adolescente era jugar a cronista deportivo realizando guiones con su hermano José, quizá de ahí su capacidad para narrar partidos. Partidos contra la vida como el de una madre por la supervivencia de su hijo prematuro o como el de Montse, una informadora turística de Toledo a la que entrevistó 20 días antes de que muriera a causa de un cáncer terminal.
"Se pueden encontrar deportistas como Pedro Tomé que -con 45 años- se lo curró para llegar al Ironman de Hawái o las madres de un equipo de rugby que sacan tiempo de donde pueden para disfrutar del deporte que siempre les ha apasionado", nos cuenta Manolo momentos antes de presentar en la Biblioteca del Alcázar de Toledo este libro, que incluye también las fotografías con las que Ana Pérez Herrera y Luna Revenga han ilustrado sus reportajes.
El punto de partida para poner en común todas estas historias fue el interés del editor, Carmelo Segura, en un reportaje de Manolo sobre un escritor que no pudo presentar en Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real) la novela en la que relató las andanzas de Castrolas, un bandolero natural de dicho municipio y del que se cumplieron hace unos meses 136 años de su fallecimiento.
"El Ayuntamiento de Villarrubia de los Ojos no le permitió presentarlo porque hablaba mal de ese señor y del pueblo. A día de hoy no lo ha podido presentar", explica Manolo, que contó con la presencia de una buena representación de los propios protagonistas de 'Los que nunca se rinden' en la presentación, como la de Constancio Chacón, el escritor de la mencionada novela, quien intervino para mostrar su satisfacción por, a pesar de lo sucedido, haber conseguido el reconocimiento de familiares descendientes del propio bandolero por su relato.
En sus reportajes también se pueden descubrir historias de superación como la de un niño de 6 años llamado Pelayo, que se sobrepuso a la distrofia muscular denegerativa de Duchenne que sufre para correr 300 metros en una carrera solidaria, o la de Cristian, un atleta toledano diabético que alcanzó el récord Guinness de subida y bajadas de escalones durante una hora, y otro más recientemente corriendo hacia atrás 400 metros lisos.
En el acto, al que no faltaron compañeros, amigos y familiares, se pudo ver también al director de Juventud y Deportes de Castilla-La Mancha, Juan Ramón Amores, quien reflexionó con Manolo sobre la muerte del científico Stephen Hawking y la valentía necesaria para "no rendirse" a pesar de los escollos que enfermedades como la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) puedan poner en el camino. Con cariño, el periodista talaverano reconoció su admiración por la entereza de Amores y su esfuerzo por visibilizar esta enfermedad contra la que también lucha día a día.
No incluye Manolo su propia historia de superación personal, marcada por una operación de corazón de la que se cumplen ahora diez años. Quizá para una segunda entrega, replicó durante un discurso marcado también por las emociones que sentía al saludar al marido de Montse y recordar cómo esta historia, mencionada anteriormente, clausura su primer libro.
"A la gente que se pone a llorar la echo", le contaba la informadora turística a Manolo, al que quizá, si hubiera tenido la oportunidad de ir a ver en la presentación del libro, también le habría echado de la misma, por las lágrimas de emoción y de superación que Manolo no pudo reprimir al recordar una de las historias que brinda en su labor periodística al servicio de las personas.