La evolución del desarrollo urbano muestra una radiografía de la historia de cómo se ha construido España y da pistas de cómo se desarrollará en el futuro. En Castilla-La Mancha, puede apreciarse por provincias: en la de Toledo, la ciudad de Talavera de la Reina es la que registra una mayor antigüedad en sus edificios. El 25% de los mismos datan de antes de 1964 y el 50% ya después de 1977.
En el caso de la ciudad de Toledo, el 25% de los edificios de viviendas se remontan a antes de 1974, y el 50% a después de 1990. En esta provincia, es Seseña la que registra menor antigüedad en este sentido: casi toda su nueva construcción se llevó a cabo entre 2003 y 2007.
Otros casos significativos los encontramos en la provincia de Albacete. En los municipios de Hellín y Villarrobledo encontramos los edificios más antiguos, con un cuarto de los mismos construidos antes de 1950, mientras que en Albacete capital, ese año se retrasa hasta 1973 y la construcción de más de la mitad de sus edificios data de 1987, situándose entre las localidades de la provincia con edificaciones de menor antigüedad.
Guadalajara, Ciudad Real y Cuenca
En cuanto a la provincia de Guadalajara, el dato más curioso se encuentra en la comparativa entre la capital y una de los municipios de influencia del Corredor del Henares, como es Azuqueca. Mientras que en la primera, la mitad de sus edificios se comenzaron a construir antes de 1989, en el caso de la segunda, hay un salto de diez años en este porcentaje, hasta 1998. No obstante, en cuanto a las nuevas edificaciones ya en el siglo XXI, ambas ciudades aparecen con el 25% de sus edificaciones contruidas a partir de 2004 y 2005.
En la provincia de Ciudad Real, las ciudades de Tomelloso y Puertollano, de las más pobladas de la región, son las que tienen edificiones más antiguas que se remontan a antes de 1960, aunque pasados los años, la diferencia entre ambas se bifurca: mientras que en Puertollano mantiene la mitad de su parque inmobiliario construido antes de 1970, en Tomelloso ese año se sitúa en 1993. En la capital provincial, por otro lado, el 25% más viejo de la ciudad se edificó antes de 1976 (es más moderno que la mayoría de grandes localidades de la provincia), mientras que su desarrollo posterior arrancó en el año 2003.
Por último, en la ciudad de Cuenca, un cuarto de sus edificios datan de antes de 1968, la mitad se construyó desde 1983 y la evolución en las edificaciones se impulsó a partir del año 2002.
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Fuente:
Catastro