Cantaba Violeta Parra en 'La Petaquita' que "Todos los hombres tienen / en el sombrero / un letrero que dice / casarme quiero". En el caso de ellas, la letra reza "Todas las niñas tienen / en el vestido / un letrero que dice / quiero marido". La canción de la chilena fue uno de los puntos de inspiración para la artista Marina Martín Torres (Toledo, 1994) en su instalación 'Todas las niñas tienen en el vestido' compuesta por cuatro vestidos infantiles bordados con hilo rojo. "Hilo rojo, como en La Letra Escarlata", señala Martín. Una letra escarlata, señala, que acompaña a las mujeres desde muy jóvenes, y que condicionan sus roles de género.
Las canciones vistas así muestran mensajes machistas, e incluso de violencia. Desde 'Quiero un marido' hasta 'Don Federico mató a su mujer, la hizo picadillo y la puso a cocer', Martín reflexiona en su instalación de mensajes que son la muestra de comportamientos "sistemáticos" que sufren las mujeres y que están presentes en canciones populares o infantiles, que son "aparentemente inofensivas". El trabajo ha resultado como uno de los seleccionados en la última edición de la Muestra Mujeres en el Arte ‘Amalia Avia’, promovida por el Instituto de la Mujer.
No es la primera instalación con una fuerte perspectiva y reflexión de género que hace la joven artista. "Comencé a trabajar con esta perspectiva a raíz de una mala experiencia que pasé durante la cuarentena. Entonces empecé a revisionarme, a mirar para atrás y recordar desde mi infancia", señala en conversación con elDiarioclm.es. Recordó así frases que le decía su abuela y que plasmó también en su instalación 'Recuerdos manchegos de usar y tirar'. "Sé una señorita, siéntate como es debido, sé una señorita, no salgas sin tu novio".
Estos platos de cerámica que creó con diversas frases venían "un poco de la rabia". "Pero lo que pretendía realmente era que estos recuerdos machistas fueran de usar y tirar. Ya los he usado, y ahora hay que avanzar. Y fue en esta retrospectiva que llegué a los vestidos", explica Martín. No es tampoco casualidad que se trate de una instalación con bordados. "Lo hice pensando en mi infancia, porque desde pequeña se me enseñó a coser, también por un tema de género. También recordé canciones infantiles, que son fuertes para haberlas cantado desde tan niñas y tampoco nos dimos cuenta, porque estaba todo normalizado", recalca.
Entonces llegó a 'La petaquita' de Violeta Parra, pero su investigación la llevó a recopilar muchos refranes antiguos machistas o incluso a canciones de Sara Montiel. "Ella decía, mi marido me puede pagar porque es mi hombre", reflexiona. "Es importante recordar de dónde venimos, porque sigue existiendo la violencia de género, siguen quedando resquicios que se deben ir eliminando y para ello tenemos que concienciarnos", señala. Relata cómo una mujer fue con su hija a ver la instalación, que se puede visitar en Albacete, y la pequeña quedó "anonadada" con los mensajes. "¿Por qué mató Federico a su mujer?".
"Pero creo que ahora hemos dejado de normalizar estas conductas tan violentas", afirma. El primer vestido, el de 'Quiero marido' lo buscó "un poco noño" pero en blanco para que resaltase más y también hacer referencia a la pureza de la canción. "Sobre todo lo que busco es que nos demos cuenta de cuánto hemos crecido como sociedad, aunque al final nos olvidemos de que existen estas canciones. Es la palabra la que nos determina a ser, la palabra marca y también desemboca en la violencia que no es física, porque las palabras importan muchísimo", concluye.
En cuanto al certamen de mujeres artistas, lo resalta como una experiencia "importantísima" de conocer el trabajo y también conectar entre las artistas femeninas de la región. "Tenemos líneas de trabajo similares y así podemos crear sinergias", resalta.