Entre 1923 y 1927, Jaime Martínez-Pantoja, alcalde de El Toboso, realizó una de las tareas culturales más ambiciosas emprendidas en torno al Quijote. Por entonces la obra ya era uno de los libros más importantes de la literatura universal, pero quería ir más allá: que el pueblo fuera también mundialmente conocido. Comenzó a escribir a las embajadas de todo el mundo solicitando que enviaran al municipio ejemplares de la novela de Miguel de Cervantes en el idioma respectivo del país y firmados por presidentes o grandes personalidades del mismo. Consiguió de todo. Hasta el punto de que este pueblo toledano de La Mancha ha conseguido sobrepasar el reclamo de la Casa de Dulcinea, ese amor platónico imaginado por don Alonso Quijano. Tras casi un siglo, su Museo Cervantino alberga más de 700 ediciones autografiadas y en más de 70 lenguas. Fue el primero en albergar, por ejemplo, una edición en euskera y otra con caracteres celtas.
“Las ediciones que hay son únicas”, resalta la alcaldesa de la localidad, Pilar Arinero. “No sé si son las más importantes del mundo, pero son imposibles de encontrar en ningún otro sitio, porque no podrán repetirse”, subraya. De hecho, hay ejemplares firmados por personajes tan dispares como Benito Mussolini, Nelson Mandela, Francisco Franco, Fidel Castro o Eva Perón, así como de todos los presidentes del Gobierno de España. Entre ellos, se encuentra la excepción de Adolf Hitler, que no envió firmado un Quijote, sino 'El Cantar de los Nibelungos’ un poema medieval de origen germánico; y de Muamar el Gadafi, que remitió su ‘Libro Verde’, escrito entre 1975 y 1981.
Las respuestas a las numerosas peticiones sobrepasaron la propia vida del alcalde, que con las primeras ediciones recibidas fundó el Museo Cervantino, y todavía hoy siguen llegando todo tipo de ejemplares y ediciones. Muchas de estas obras se han ido perdiendo con el tiempo, pero aún así, este centro ha conseguido una las colecciones más valiosas en torno a la obra de Cervantes.
“El museo está vivo, llegan ediciones constantemente”. De hecho, la alcaldesa también considera muy valiosos otros ejemplares que han ido recibiendo como símbolo y crisol de culturas y como recorrido por la historia de todo el siglo XX y parte del siglo XXI: desde una edición del Quijote que realizaron los alumnos de un instituto de Piera, en Barcelona, hasta un ejemplar en armenio, otro ilustrado de Antonio Fraguas 'Forges', y otro con una parte musicada, en formato multimedia procedente de Xixona. Son siempre donaciones gratuitas y voluntarias, y las peticiones se siguen llevando a cabo, dirigidas a personalidades importantes, como recientemente se realizó con el tenista Rafael Nadal.
Al principio, cuenta Pilar Arinero, el museo funcionaba solo con esas primeras ediciones autografiadas pero conforme ha ido pasando el tiempo han llegado otras obras cervantinas relacionadas. Constituyen una mínima parte de los fondos, pero es “también muy valiosa”, con cuadros, pinturas y obras gráficas en torno al Quijote, estudios críticos, o incluso ‘Libros de Artista’, como una edición restaurada, procedente del año 1800 en cuya pasta aparece el perfil de Don Quijote y Sancho Panza incorporado en la pasta del libro.
Casi un siglo después de que Martínez-Pantoja enviara esas primeras cartas, ahora el Museo Cervantino de El Toboso es un reclamo no solo para turistas de todo el mundo, sino también para investigadores, historiadores, cervantistas, profesores de literatura, y excursiones de institutos tanto de toda España como de otros países. “Aquí conviven todos los colores y pensamientos”, afirma la regidora municipal.
Debido a su fama, a veces se ha cedido de forma temporal una pequeña muestra a otros centros, pero es algo que los responsables del Museo no realizan de manera constante porque son fondos bibliográficos "frágiles y difíciles de conservar". De hecho, la alcaldesa afirma que siempre insisten en solicitar “algo más de ayuda” a las instituciones porque “todo se mantiene con fondos propios, del Ayuntamiento”.
Actualmente, para rendir tributo a este tesoro del municipio, se está ultimando un Quijote manuscrito y políglota en el que “hemos realizado el mismo camino, llamando a las embajadas, a las sedes de los Institutos Cervantes y a las universidades cada país”. Han conseguido ya 72 capítulos en otras tantas lenguas, incluido un capítulo escrito al revés y otro en 'braille'. Faltan algunas ilustraciones, en las que participan artistas de todo el mundo, desde Finlandia hasta Egipto, pero el Ayuntamiento ya ha firmado un convenio con el Servicio de Bibliotecas de la Junta de Castilla-La Mancha para digitalizarlo. “Queremos con ello que sea accesible a todo el mundo, que la esencia del proyecto sea la misma que la que realizó ese primer alcalde y manifestar con ello la universalidad del Quijote”.
La localidad de El Toboso debe su fama universal a Miguel de Cervantes. Aparece mencionada en el Quijote un total de 165 veces, por ser el pueblo de procedencia de la amada y etérea Dulcinea. Tiene especial protagonismo en los capítulos 8, 9 y 10 de la segunda parte del Quijote. Al acudir al pueblo, los visitantes pueden observar diferentes citas del capítulo 9 de la segunda parte colocadas en las fachadas.