El Gobierno regional considera viable, desde el punto de vista ambiental, la instalación de una explotación intensiva de 102.000 pollitas de recría. Su promotora sería Avícola El Arroyuelo S.L y su instalación en el término municipal de San Martín de Montalbán.
Según la resolución la Viceconsejería de Medio Ambiente, publicada este lunes el Diario Oficial de Castilla-La Mancha, la única condición para su apertura es se realice conforme al Estudio de Impacto Ambiental presentado. La declaración de impacto ambiental sobre esta granja no será objeto de recurso, salvo los que procedan en vía administrativa o judicial frente al acto por el que se autoriza el proyecto.
La explotación se localizará en el paraje denominado 'El Guijo', en las parcelas 254 del polígono 13 de dicho término municipal. El acceso se lleva a cabo desde la carretera CM-4009 a la altura del punto kilométrico 54,800 y la explotación se situará a unos 100 metros de ésta. La distancia al núcleo de población de San Martín de Montalbán es de 1.800 metros.
Los requerimientos de consumo estimados de agua son de 5.930,5 m3 teniendo en cuenta que cada una de las 102.000 pollitas necesitan 0,0547 m3/cabeza y año, más 346 m3/año procedentes de los trabajos de limpieza.
Así las cosas, el abastecimiento de agua potable para satisfacer las necesidades de las instalaciones llegará desde una captación de agua realizada en la misma finca. Según la resolución, se posee autorización de aprovechamiento de aguas subterráneas de la Confederación Hidrográfica del Tajo.
Preescripciones públicas para la nueva instalación
La Viceconsejería de Medio Ambiente apunta que las mallas a instalar, tanto la perimetral como cualquier otra, no podrán ser voladizas ni con visera superior. Tampoco tendrán alambres de espino ni elementos cortantes, punzantes o rebabas.
De igual modo, ha establecido que el posible uso de rodenticidas deberá limitarse exclusivamente al interior de la explotación, en condiciones que no puedan afectar a la fauna silvestre.
El Estudio de Impacto Ambiental señala que todos los residuos clasificados como peligrosos (desinfectantes, insecticidas, raticidas o tubos fluorescentes) serán tratados por un gestor autorizado. Respecto a la eliminación de los cuerpos animales establece que se se deberá cumplir lo establecido en el Reglamento Europeo.
Las naves serán estancas en relación a la interferencia de posibles lixiviados sobre la hidrología natural de la zona, de forma que se evite cualquier contaminación de las aguas superficiales y subterráneas por posibles lixiviados generados en el proceso.
Como se tiene previsto acumular las deyecciones de las gallinas dentro de las naves, su solera será de hormigón para evitar riesgos de contaminación e infiltración de aguas subterráneas y superficiales.
En todo caso es necesario controlar todo tipo de pérdida accidental, así como filtraciones que puedan haber en la explotación. A tal efecto se deberá pavimentar y confinar las zonas de trabajo, tránsito o almacén, de forma que el líquido que se colecte en caso de precipitación, nunca pueda fluir a la zona no pavimentada.
Para evitar las posibles molestias por olores, se realizará una monitorización de las condiciones ambientales de las naves en relación a la temperatura y humedad y nunca se almacenará gallinaza en el exterior de la nave; se retirará directamente a los camiones de transporte.
Se empleará un dispositivo para conocer la dirección del viento y planificar mejor la retirada del estiércol. Se evitará su retirada en días de viento intenso y en los que la dirección predominante del viento para evitar molestias a los núcleos urbanos más cercanos (San Martín de Montalbán).
Se planearán los itinerarios de transporte del estiércol de forma que se evite el paso por núcleos urbanos o zonas sensibles (uso recreativo, espacios protegidos, etc.), evitando las horas de mucho calor, los días en que el viento sople con fuerza y los festivos.