El compromiso adquirido por el Ayuntamiento de Toledo para realizar un estudio, en el plazo de un año, sobre el impacto de alojamientos turísticos -apartamentos y viviendas de uso turístico- con tal de regular el desarrollo sostenible de este sector al tiempo que fomenta la defensa de los residentes que habitan en el Casco Histórico tendría que aligerarse, según opina la Asociación Vecinal Iniciativa Ciudadana.
"La demora de la normativa municipal en Toledo sobre esta materia solo sirve para que los especuladores inmobiliarios tengan más tiempo para presentar, consolidar, y ejecutar, sus proyectos subvencionados de turistificación inmobiliaria en el barrio del Casco Histórico", advierte esta entidad en un documento en el que analizan el efecto que está teniendo este tipo de negocios mercantiles de alojamientos turísticos.
Tras el estudio que el Ayuntamiento se ha comprometido realizar, se redactaría una normativa que permitiese tener un mayor control de la creciente auge de este sector auspiciado por plataformas online -como Airbnb- y con cifras de registro legal muy bajas respecto al número total de los alojamientos que se ofertan. Según datos de este año, el número de viviendas de uso turístico en Toledo son ya la mitad de todo el sector hotelero, 426 viviendas de uso turístico en el mes de mayo por un total de 18 apartamentos turísticos registrados en el Consistorio.
Iniciativa Ciudadana relaciona este incremento con el fenómeno "de especulación urbana denominado gentrificación turística, o turistificación, que sufren los vecinos residentes en barrios históricos de ciudades con una fuerte explotación mercantil del sector empresarial turístico" y que, afirman, "solo es negado por el propio lobby del sector empresarial turístico y, por supuesto, sus áreas de influencia social, económica y política".
Subida de alquiler y despoblación del Casco
Iniciativa Ciudadana señala que en los barrios históricos de las principales ciudades de España hay "una relación causal evidente entre la subida de precios en el mercado inmobiliario, sobre todo el alquiler de vivienda de largo plazo de carácter residencial, y la enorme rentabilidad del alquiler por días de viviendas utilizadas como negocios de alojamientos turísticos".
Así, subraya que esta situación revierte en unas peores condiciones y menores posibilidades de encontrar alquiler y precios dignos de vivienda en el Casco Histórico de Toledo, que ha disminuido su población en 1.176 vecinos entre 2007 y 2017. En este sentido, acusan al equipo de Gobierno de "callar que en las 1.600 viviendas vacías que hay en el barrio, también cabe aumentar hogares y domicilios para mantener y recobrar vecinos, y no solo, y exclusivamente, aumentar y aumentar las pernoctaciones de turistas".
Según la asociación vecinal, el lobby del sector empresarial turístico defiende que "nadie quiere vivir en el Casco Histórico, y que esto es base suficiente para convertir o utilizar el parque de viviendas como alojamientos turísticos". "Pero, muy al contrario, el barrio del Casco Histórico, en encuesta de noviembre de 2017 entre residentes en Toledo, elaborada por la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) y la Universidad de Castilla La Mancha (UCLM), es la primera zona elegida para el alquiler residencial en personas entre 25 y 45 años, y el tercer barrio de la ciudad para comprar vivienda para convertirla en su hogar entre la población general de la ciudad", señala Iniciativa Ciudadana.
"El impacto de esta especulación inmobiliaria sobre el derecho a la vivienda en los centros urbanos es considerable, y su ya precaria población residente va decreciendo, desalojada por no poder asumir el continuo crecimiento de precios inmobiliarios marcados por el mercado de alojamientos turísticos, sumados a la progresiva turistificación que convierte al barrio en un espacio urbano solo programado para el ocio, y cada vez más ajeno al resto de las necesidades de la vida cotidiana de los vecinos", recalcan.
Cabe destacar, que en los últimos meses se han creado incluso movimientos vecinales como el denominado 'Territorio Vecinal', un colectivo de residentes y vecinos del Casco Histórico que se han unido para "poder volver a hacer propios los espacios públicos de este barrio toledano".
"5 ofertas turísticas por una residencial"
A pesar de las ayudas que el Ayuntamiento ha puesto en marcha para rehabilitar viviendas o edificios en el Casco Histórico, este colectivo considera que "no hay plan o proyecto de rehabilitación y recuperación de edificios que logre una oferta real de viviendas exclusivamente residenciales con el fin mantener y recuperar vecinos".
En cambio, apuntan que sí surgen proyectos inmobiliarios ligados al sector empresarial turístico, que "incluso son subvencionados con dinero público por las administraciones municipales y regionales", como los siete proyectos de nuevos hoteles confirmados u otros que "cambian usos residenciales en edificios" por "usos terciarios mercantiles".
A esto, "desgraciadamente, hay que sumar las viviendas residenciales explotadas como negocios de alojamiento turístico: en el Casco Histórico, ya se ha llegado a 5 ofertas de alquiler turístico por cada 1 de alquiler residencial", estima Iniciativa Ciudadana, que tacha de "frustrante paradoja" la labor del Consorcio de Toledo rehabilitando patrimonio inmobiliario, pues calcula que en 15 años ha invertido más de 100 millones de euros públicos en subvenciones para "rehabilitar 2.700 viviendas residenciales del Casco", algo que no ha servido para aumentar y mantener la población del barrio.
El descontrolado incremento de viviendas explotadas como negocios de alojamientos turísticos, apunta la asociación, "suprime el carácter residencial" de barrios históricos de ciudades europeas como Venecia, París, Roma, Barcelona, Madrid o Granada, entre otras. En este sentido cuestiona que por qué en Toledo, con unos 10.000 residentes en el Casco y 2,5 millones de turistas al año, hace falta un año para comenzar a elaborar una normativa municipal para regular este fenómeno. Una normativa que, por su parte, el Gobierno regional sí ha puesto en marcha a través de un decreto que tampoco deja satisfecho a este colectivo.
Por todo ello, plantean necesidades -aparte de reformar la normativa estatal para que las comunidades de vecinos "tengan algo que decir sobre la apertura de estos negocios turísticos en edificios residenciales"- como identificar los barrios saturados para prohibir nuevas implantaciones de usos turísticos en el parque de viviendas o incluir a las viviendas utilizadas como apartamentos turísticos en un edificio residencial dentro de la normativa que regula las actividades mercantiles molestas e insalubres o limitar las viviendas utilizadas como apartamentos turísticos a las plantas primeras y bajas, o con accesos independientes al resto de los vecinos residentes del edificio.