Se calcula que en el mundo se desperdician al año unos 1.700 millones de toneladas de alimentos, con los que podrían comer 870 millones de personas. En términos económicos, supone en torno a 782.400 millones de euros. Unas cifras que se hacen aún más escandalosas si tenemos en cuenta que el último informe de 'El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo 2021' -que elabora, entre organismos, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO)- estima que a finales de 2020 entre 720 y 811 millones de personas se levantaban sin saber si iban a comer ese día.
Para intentar concienciar sobre esta problemática y dar a conocer diversas prácticas de consumo responsable, Red Alimenta organizó esta semana una charla bajo el título 'Recetas contra el desperdicio' -que volverán a ofrecer el 8 de noviembre en el Castillo de San Servando-. En ella participó una de las integrantes del colectivo -Goreti Pérez- junto al chef de 'La Clandestina de las Tendillas' de Toledo, José Manuel Gallego, quien dio a conocer sencillos trucos para evitar el desperdicio de alimentos en nuestra cocina.
Aparte de los ya mencionados, la representante de Red Alimenta detalló otros datos como el que indica que entre el 30 y el 50% de los alimentos comestibles no llegan a ser consumidos. Explicó la diferencia que existe entre "pérdida y desperdicio", incluyendo en la primera acepción a todo alimento que no llega a ser consumido y que se extravía en la producción, la cosecha, el transporte, el almacenamiento o el procesamiento. Por su parte, encuadramos en el desperdicio a todos aquellos alimentos que se tiran al cubo de la basura porque no les hemos dado otro uso.
En España, cada persona tiró de media a la basura unos 30 kilos de comida y bebida el pasado año. Un dato que sitúa al país como el sexto de la Unión Europea que más alimentos desperdicia. No obstante, también es el primero que más dona. "En los hogares no lo vemos tanto, pero en los restaurantes hay un presupuesto y si hay que ser sostenibles primero tienen que serlo económicamente", apuntaba el chef de La Clandestina en el diálogo que intercaló con Pérez sobre la situación del país en este ámbito.
¿Cuáles son los alimentos que más se desperdician?
Entre los alimentos que más se desperdician se encuentran los tubérculos, las frutas y las hortalizas, con tasas que se sitúan entre el 40–50%. El perfil medio de las estadísticas establece que los jóvenes, los adultos independientes y los jubilados son las personas que más comida tiran a la basura. Además, entre los platos que más se desperdician se encuentran la carne, pasta, verdura, pescado legumbre, huevos o pizzas.
¿Qué podemos hacer para reducir el desperdicio alimentario?
La primera pauta que ofrecieron para poder reducir el desperdicio alimentario es la concienciación. Apostar por la sostenibilidad del sistema alimentario, implantar modelos de economía circular o transmitir e informar a la población sobre medidas para conseguirlo son pasos fundamentales.
En Castilla-La Mancha se producen unos 60 millones de kilos de desperdicios de alimentos al año, de los que 20 corresponden solo a la provincia de Toledo. En este sentido, con el objetivo de reducir en un 50% esta cifra en una década, el Gobierno regional ha puesto en marcha la estrategia 'Castilla-La Mancha sin desperdicio de alimentos en 2030'. También, a nivel nacional se han impulsado campañas para prevenir y disminuir el desperdicio de alimentos a lo largo de toda la cadena alimentaria.
En segunda lugar, apuntaron a la necesidad de planificar las compras para poder reducir el desperdicio. Transmitir a todos los miembros de la familia el impacto, comprar de forma responsable, optar por productos locales, de temporada y a granel son otras de las medidas que podemos hacer cada individuo para contribuir a conseguir los objetivos marcados de cara al año 2030.
También, en nuestras visitas a establecimientos hosteleros podemos llevar a cabo buenas prácticas pidiendo táperes para poder llevarnos la comida que hemos terminado. "Los restaurantes están obligados a tener táperes. En La Clandestina nos suelen pedir solo una vez o dos por semana. Puede ser por vergüenza a llevárselo pero al final se tira comida", manifestaba Gallego, que animaba a que habituemos más a esta iniciativa que "sí se hace más en países anglosajones".
Envasar al vacío
Otra de las claves la encontramos en el transporte y conservación de los alimentos. Utilizar bolsas de tela, usar nuestro propio recipiente reutilizable si comemos en la oficina, guardar las hierbas en un papel o toalla húmedo, envasar al vacío u organizar la nevera son algunos de las medidas que proponen en este punto.
Para visualizar uno de estos ejemplos, el chef utilizó una máquina doméstica de envasar al vacío rellenando una bolsa con agua para mostrar el menor espacio que puede ocuparnos la comida en el congelador. "Evita el deterioro, admite alimentos crudos, platos preparados o en proceso de preparación, protege de bacterias, preserva de las quemaduras que se producen en el congelador, mantiene el aroma, la textura y los valores tradicionales. Y facilita el orden y la limpieza", argumentaban sobre esta técnica desarrollada por Denis Papin en el siglo XVII en Francia.
Recetas del chef
El chef de La Clandestina expuso algunas sugerencias culinarias durante la charla y dos recetas más concretas al final de la misma. "En el restaurante me llaman el retal, porque aprovecho todo", bromeó Gallego, que dio los ingredientes y la forma de preparar un humus de garbanzos y berenjenas o una crema de queso manchego.
También, recordó como en su casa familiar, en Camuñas, preferían incluso que sobrara tortilla de patatas cuando la cocinaban para "comerla al día siguiente con una salsita". Un ejemplo más de lo sencillo que puede resultar alimentarnos sin tirara a la basura la comida a la que tantas personas no tienen acceso en distintas partes del mundo.