"Aquí ha habido colegio toda la vida. No se cerró ni durante la guerra", son palabras de Carlos David Palomares, alcalde de la pequeña localidad toledana de Garciotum, a eldiario.es/clm cuando la escuela rural había reabierto en septiembre de 2015 después de dos años cerrada. La historia de la escuela rural de Garciotum es digna de contarse, porque ha sido uno de los Ayuntamientos que llevó ante la Justicia la Orden por la que se cerraba su colegio rural a partir de septiembre de 2013. El Tribunal Superior de Justicia comunicó a mediados de septiembre de 2015 que el colegio de la localidad, Santa María Magdalena, no debió incluirse en la lista de colegios dados de baja.
Ahora, el Ayuntamiento es distinguido en los premios del Día de la Enseñanza del Gobierno Regional, entre otras instituciones. El Tribunal Superior de Justicia, que declaró finalmente nulo el cierre de la escuela rural de la localidad, consideró que se debió tener en cuenta más factores, aparte del ratio de alumnos. En la sentencia, según citaba la agencia EFE, se señalaba que se debía haber tenido en cuenta la climatología que tiene la comarca de la Sierra de San Vicente, donde se encuentra la pequeña localidad. El Tribunal entiende que dichas condiciones afectaban a los alumnos, que se vieron obligados a desplazarse a otras localidades, a más de treinta kilómetros de distancia de Garciotum.
No es la única institución que ha luchado contra lo que creía injusto. El Instituto de Educación Secundaria 'San Isidro' de Azuqueca de Henares se encuentra también entre los distinguidos, tras un año movido. La comunidad educativa del IES denunció que la consejería de Educación, entonces dirigida por Marcial Marín, intentó poner "a dedo" a un nuevo director, sin el consentimiento de docentes o padres. El instituto entero se movilizó en reiteradas ocasiones, además de recoger firmas y trasladar sus reivindicaciones a la opinión pública, por lo que finalmente el nuevo director no llegó a ocupar su puesto.