Móviles, tablets, televisiones con acceso a internet y todo tipo dispositivos eléctricos o electrónicos inundan nuestra vida cotidiana. En Castilla-La Mancha su huella nos dejó en 2017 12.250 toneladas de basura electrónica, un 8% más que en 2016.
¿Cuál fue su destino? Más del 94% de este tipo de residuos fueron reciclados mediante algún tipo de valorización, solo el 0,18% fueron preparados para ser reutilizados y algo más del 6% se destinaron a operaciones de eliminación.
Desde mediados de agosto, los fabricantes están también obligados a recoger y reciclar, una serie de aparatos de electrónica profesional exentos hasta ahora como motores eléctricos, tomas de antena de televisión, termostatos y hasta paneles fotovoltaicos, según ha explicado la empresa Recyclia. “Es solo un paso más” dice el viceconsejero de Medio Ambiente, Agapito Portillo, en todos los ajustes que habrá que ir realizando de cara a implementar los principios de la economía circular”.
“El objetivo es que cada vez se produzcan menos residuos, se reutilicen los existentes y se valoricen. Que prácticamente lo que se elimine sea cero”, comenta. Los componentes de estos aparatos (metales o minerales) son muy valiosos y escasos - en buena medida han sido fabricados con lo extraído de las conocidas como ‘tierras raras’- y suelen ser reutilizados por la propia industria como materia prima.
A ello contribuye que en Castilla-La Mancha existan nueve Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) autorizados. Se trata de organizaciones sin ánimo de lucro en las que se agrupan los fabricantes e importadores de aparatos eléctricos y electrónicos para gestionar los residuos derivados de estos productos.
“El reciclaje de aparatos eléctricos y electrónicos está cubierto por la gran cantidad de SCRAP que existen” pero Portillo destaca que “se ha perdido la tradición de la reparación”. De hecho, esta opción solo es utilizada en casi el 0,20% de los casos. En este sentido, cree que “hay que trabajar en la concienciación ciudadana: no es malo reparar un aparato electrónico. Va todo muy rápido y las cosas parece que se quedan antiguas. A veces no sabemos ni utilizar muchas de las aplicaciones o utilidades. No siempre hay que tener el último modelo”.
Lamenta que la Unión Europea no sea capaz de “poner coto a la obsolescencia programada, aunque lo esté intentando. Es un grave problema medioambiental”. Y aunque “la sociedad está cambiando y cada vez hay más conciencia”, reconoce que “todavía falta que todos nos acostumbremos a llevarlos a los puntos limpios repartidos por toda la región o a las grandes tiendas donde los compramos y que están obligadas a recogerlos”.
“Todavía no se recicla bien en Castilla-La Mancha, sobre todo los usuarios particulares. Los pequeños aparatos eléctricos suelen acabar en la basura general"
El 90% de los residuos eléctricos o electrónicos que se recogen proceden de los hogares y el resto de los establecimientos comerciales. “Todavía no se recicla bien en Castilla-La Mancha, sobre todo los usuarios particulares. Y es aún peor con los pequeños aparatos que suelen acabar en la basura general. En cambio, los más grandes, como una nevera, no te los quedas en casa”.
Por eso, matiza, aunque parezca que se recicla en cantidad la cifra (más de 12.500 toneladas) es engañosa. “Si nos fijamos en el número unidades no es tanto. Es lo mismo que ocurre por ejemplo con las pilas. Se sigue fallando de forma grave entre los particulares. Eso no ocurre con las empresas”.
Los consumidores pagamos de manera indirecta por que se reciclen estos aparatos al final de su vida útil. Cuando los compramos, pagamos una tasa por ese concepto. “Ese dinero pasa al SCRAP y es el que utiliza para recoger y gestionar los residuos”, explica el viceconsejero.
Priorizar contratos y subvenciones a las empresas que practiquen economía circular
¿Por dónde pasa el futuro de estos y otros residuos? “Lo que queremos es que futura Ley de Economía Circular y la estrategia que la desarrolle promueva el que las administraciones de la región favorezcan este tipo de economía en sus distintos contratos públicos”, explica el viceconsejero. Además, la intención es priorizar la subvención “a aquellas empresas que la practican por encima de aquellas que no lo hacen”. Y en este sentido, apunta, “se trata de generar un beneficio económico que anime al sector empresarial a reutilizar. Que se utilicen neumáticos para hacer carreteras, restos de demolición para los caminos…Que evitemos abrir nuevas minas o canteras…”
El Plan Integrado de Gestión de Residuos de Castilla-La Mancha dedica un programa específico a los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). “Sí, es un plan muy amplio, pero todos los sectores son importantes porque influyen sobre la economía y últimamente está todo muy conectado”.
Pero concienciar a las empresas no es la única tarea. También es necesario entre los más jóvenes. En Castilla-La Mancha se desarrolla la campaña ‘Otro final es posible’ Corre a cargo de la Fundación Ecotic. “Ha tenido éxito, han participado más de 100 centros en unos 500 talleres educativos y unos 13.000 alumnos. Eso cala para que cuando sean mayores estén concienciado”. En el curso que ahora comienza el programa volverá a repetirse pero, en municipios más pequeños.
“Atasco” para agilizar las órdenes que fijan la condición de ‘fin de residuo’
Entre los ‘deberes’ que el responsable de Medio Ambiente de la región poner al Gobierno de Pedro Sánchez hay uno que tiene que ver con los residuos. “Una de las cuestiones importantes pendientes dentro de la economía circular es la legislación para fijar la condición de fin de residuo”. Y es fundamental saber cuándo, en el proceso de reutilización, se puede volver a poner un producto en el mercado. “El Ministerio tiene cierto atasco en esta cuestión” -en la tramitación de las distintas órdenes para cada uno de los tipos de material- que en opinión del viceconsejero, puede perjudicar determinadas actividades económicas.
“Se generan expectativas que luego se pueden ver ahogadas legalmente. Es una cortapisa general en toda Europa para las ideas que surgen”. Entre ellas, la de una empresa de Castilla-La Mancha que gestiona residuos de las pantallas de aparatos eléctricos y electrónicos para reutilizarlas como elementos cerámicos. “Si al final hay un problema legal, se termina por abandonar ese mercado”.