Rengo Wrongo está cojo. Lo dice su nombre. Pero solo renguea al caminar. Porque, al hablar, desata un universo propio de reflexiones que tienen que ver más con la lucidez que con la cojera, salvo por desplegarse ante una sociedad enferma, también renga en su moral, en su pensamiento crítico y en su cuidado de un planeta al que ya ni mira de frente, por miedo a la caída. Este semiheterónimo es el nombre con el que el poeta, filósofo y ecologista Jorge Riechmann quiso bautizar a su personaje más famoso. Fue el protagonista de dos de sus poemarios, ‘Rengo Wrongo’ e ‘Historias del señor W.’, ya descatalogados y que ahora renacen en un solo volumen bajo el nombre de ‘W’, publicado por la editorial toledana Gato Encerrado dentro de su nueva colección "Entre las voces". El autor lo presentará el próximo miércoles, día 23 de marzo, en la librería Enclave de Libros de Madrid a las 19.30 horas.
Y son las palabras de este hombre lisiado, crítico y combatiente verbal del sistema las que adquieren ahora más consistencia y allanan el camino de su particular filosofía vital al juntarse en un mismo libro. Porque Rengo, cuenta Riechmann, es ante todo vida y “para nada un mártir”. Lo deja claro en sus puntos de referencia, desde Emily Dickinson hasta Bertolt Brecht y Juan Ramón Jiménez, pensados “no como antagonistas, sino como complementarios”.
Por las páginas de ‘W’ recorre el poeta y filósofo madrileño las bases del pensamiento contemporáneo al tiempo que les da la vuelta, las dinamita y las combate, con el objetivo de arremeter contra la postmodernidad acrítica desde el ecosocialismo. Dice Juan Varela-Portas en el prólogo que acompaña a esta edición: “Tengo para mí que este libro se puede leer de dos maneras: de una forma hipnótica, continuada, como si fuese un solo texto continuado; y de una forma meditativa, escogiendo textos sueltos sin orden preciso y rumiándolos interiormente con tranquilidad”.
La llegada de Rengo Wrongo
Porque, ¿cómo llegó Rengo Wrongo a Riechmann?: “Se me dio, se presentó por sí mismo. Eso me pasa en poesía. Hay muy poco deliberado en lo que hago. Viviendo cerca de la poesía, estamos a verlas venir, incluyendo los regalos que se nos entregan”. De hecho, recuerda que años después de aparecer Wrongo también se le presentó Ñor, otro semiheterónimo que protagoniza ‘Grafitis para neandertales’. Al hilo de ello, menciona una curiosidad de la académica británica Mary Beard, quien afirma que los autores romanos antiguos escriben que está bien bromear a costa de los calvos o los cojos, pero no de los ciegos. “La ceguera representa una gran desgracia, la cojera es la condición humana ordinaria”.
Ahora el hombre cojo, espejo de muchos mundos y de ninguno, junto con sus peripecias, tropiezos y reflexiones, renace en un solo libro, una segunda edición conjunta y renovada. Riechmann cree que ahora sigue teniendo el mismo sentido porque “los desastres sociales entre los que se mueve Wrongo no han mejorado ni perdido actualidad, sino al revés”.
Su visión clarificadora y escéptica puede interpretarse como una llamada a la acción o simplemente al pensamiento crítico, pero de cualquier forma, admite el poeta y ensayista que hay algo “socrático” en su alter ego. “Hay algo de salir a la plaza de abastos, al ágora, al parque, y discurrir con quien se va encontrando. Es mucho más sociable que yo. De esos encuentros puede nacer diálogo crítico, sin duda, y también propuestas de acción: Wrongo cree que necesitamos ambas cosas”.
Pero no se centra todo el libro en el señor W. Pasean por sus páginas otros personajes, decenas de situaciones, algunas dramáticas, otras hilarantes, que lo convierten en una “voz coral”, un “texto dialógico” dirigido a toda aquella persona que quiera asomarse a las dudas.
Como en buena parte de la obra de Jorge Riechmann, hay cuestiones que surgen de manera intermitente pro constante. Hablamos de ecologismo, igualdad social, crítica socio-política, anticapitalismo. Explica el autor que la construcción de sus reflexiones, en un mundo que se transforma de manera tan rápida y apabullante, se la debe a haberse encontrado en buenos contextos y con “viejos maestros”. Menciona especialmente a René Char y Manuel Sacristán, a las redacciones de las revistas ‘En pie de paz’ y ‘Mientras tanto’, así como a Paco Fernández Buey o John Berger. “Ahora tengo la suerte de trabajar en la universidad con gente joven de la que continúo aprendiendo”, añade.
‘W - Rengo Wrongo seguido de Historias del señor W.’ se publica después de una pandemia mundial que se suponía que nos iba a hacer mejores. Ahora asistimos a la guerra en Europa, a una crisis de refugiados y a una amenaza continua para la paz. Riechmann opina: “En el juicio y pesaje del corazón con el que algún dios egipcio nos recibirá tras el final de nuestros días, la pregunta crucial será sin duda: ¿amaste lo suficiente? Pero también tendrá importancia esta: a lo largo de todo aquel caminar ¿has aprendido algo?”.
"A menudo, decidirnos a emplear la cuota de poder que es nuestra (y que puede ser minúscula, desde luego, pero no es nula) comienza por decir: no”
Parafrasea también el poeta al dramaturgo Juan Mayorga cuando apuesta por hacer “un arte que no pueda ser utilizado por la barbarie”. Y sobre los conflictos mundiales, considera que “nos encontramos siempre dentro de campos de fuerza y relaciones de dominación (a menudo somos oprimidos por algunos y oprimimos a nuestra vez a otros cuantos), y cabe actuar a partir de ahí”. “Sin duda, a diferentes poderes, diferentes responsabilidades. A menudo, decidirnos a emplear la cuota de poder que es nuestra (y que puede ser minúscula, desde luego, pero no es nula) comienza por decir: no”, concluye.
Jorge Riechmann Fernández nació en Madrid en 1962 y es profesor de filosofía política y moral en Madrid (UAM). Su extensa obra ensayística, en solitario o en colaboración, desarrolla su filosofía ecosocialista y su poesía no se deja ganar por el pesimismo. Dos generosas colecciones, ‘Futuralgia’ (poesía 1979-2000) y ‘Entreser’ (poesía 1993-2016), la reúnen. ‘Z’, su último libro, ha ganado el I Premio de Poesía Crítica Álvaro Tejero Barrio. Su obra ha sido vertida al francés, inglés, italiano y alemán, entre otras lenguas, y recogida en varias antologías internacionales. Ha traducido ampliamente la obra del poeta francés René Char, y del alemán, el teatro de Heiner Müller. En el año 2000 le fue concedido el premio Stendhal de traducción.
La Editorial Gato Encerrado ha publicado ‘En casa, caracol, tienes la tumba’, de Alicia Es. Martínez; ‘El falso llano’, de Óscar Aguado; ‘Números inexactos’, de María Jesús Silva; ‘Cartografía de un abandono’, de Paloma Camacho Arístegui; ‘De pájaro y muertes’, de Vanessa Jiménez; ‘La esperanza o el cuerpo’, de Javier Manzano Fijó; ‘Pero lo nuestro es cantar’, de Carlos Ávila (disco-libro); ‘El baile de los girasoles’ de Laura Carrillo Palacios y ‘El guardián de la voz’, de Federico de Arce.