Mujeres que lucharon y que han sido silenciadas desde la época del franquismo y hasta nuestros días. Relatos con nombres propios que la cuentista y fotoperiodista Carmen Barrios ha querido rescatar en 'Rojas, Violetas y Espartanas: Mujeres en lucha' (Utopía Libros, 2018), un libro que se aleja de las historias que "siempre se cuentan de los hombres que han luchado" por conseguir la democracia en España y que pone el foco en otras "muchísimas luchas" de las mujeres en los barrios de Madrid, en el sector minero como ocurrió en 'La Huelgona' en 1962 o más recientemente la que se llevó a cabo contra Coca-Cola en Fuenlabrada.
Acciones que, destaca Barrios, han contribuido a conseguir la democracia y a que la gente pueda vivir mejor. En un charla, antes de presentar un libro que ha salido a la luz el pasado mes de octubre en el espacio Urbana 6 de Toledo, la autora, que comenzó a trabajar en Mundo Obrero y pasó después por varios gabinetes hasta asentarse en la revista Temas, nos cuenta algunas de estas historias que tienen en común a la mujer como protagonista. Tal y cómo se puede interpretar del título del libro, estas historias están divididas en tres apartados principales.
El primero de ellas, el de Rojas, está dedicado a mujeres que lucharon contra el franquismo desde su militancia y compromiso político. Lo hicieron desde barrios como el de Vallecas, en Madrid, donde la periferia se construyó con "gente trabajadora" que reivindicaba desde la instalación de un semáforo en sus calles hasta la puesta en marcha de colegios públicos.
"Eso se consiguió con mucho esfuerzo por parte de mujeres organizadas, por ejemplo a través del Movimiento Democrático de Mujeres (MDM), una organización feminista que surgió alrededor del Partido Comunista (PC)", apunta Barrios con una mirada que realza cada palabra de estas historias en las que se reflejan nombres como los de Natalia Joga, Dulcinea Bellido, Tina Pérez, Josefina Samper o Ilenka (La Húngara).
Mujeres que desde asociaciones de amas de hogar, permitidas por el régimen de Franco, se organizaron en muchas ciudades y que ponían en marcha huelgas por la subida del precio del pan o ayudaban a los presos políticos de los que muchas eran sus propias esposas, como Josefina Samper, pareja del histórico sindicalista Marcelino Camacho, una mujer que "empezó en política a los 12 años" y que también formó parte del Comité Central del Partido Comunista de España, en la que la primera mujer que se incorporó fue Dulcinea Bellido.
La Huelgona o la lucha contra Coca-Cola
Mitos como el de 'La Huelgona', protagonizados colectivamente por mujeres y por trabajadores que quizás "no se cuentan en las escuelas" y que Barrios pone en valor en este libro que, en su segundo apartado, Violetas, hace referencia a los padecimientos y a la violencia contra las mujeres, así como a la lucha feminista de muchas de ellas que sigue su camino en el último apartado de Espartanas.
Gracias a la huelga minera de 1962, apunta la autora, se reconocieron "un montón de derechos". "Consiguieron pequeñas cosas pero son cosas que dignifican el trabajo y dignifican a las personas. Necesitamos conocer este tipo de cosas porque además es mostrar a nuestros hijos y a nuestras hijas que cuando tú peleas por algo se obtiene un resultado y que la historia no la hacen grandes personas", agrega Barrios.
También se cuenta en este libro la lucha de las trabajadoras de la empresa Coca-Cola en Fuenlabrada, que dieron a conocer "con mucha imaginación y solidaridad" las condiciones laborales que denunciaban de esta empresa y que no podían contar debido a una cláusula en sus propios contratos que se lo impedía. Sin embargo, al igual que Barrios no deja en el olvido tantas luchas, las espartanas de esta empresa llevaron este caso a la opinión pública y han creado un movimiento que defiende los abusos de grandes multinacionales contra sus trabajadores.
Historias que Barrios ha conocido a través de entrevistas con las propias protagonistas o por medio de documentos que ponen de relieve el papel decisivo de las mujeres en la historia de España más reciente en pro de la libertad y la democracia.
La historia de Hedy Lamarr en la portada
El motivo para la portada del libro que eligió Barrios fue puramente "estético". No conocía a la mujer de la fotografía que escogió para este fin hasta que una de las protagonistas del libro, Yolanda, una cinéfila a la que fotografió en la manifestación del 8M en Madrid.
Cuando esta chica se enteró por otra amiga común de que la autora la había incluido entre las historias de 'Rojas, Violetas y Espartanas' mostró su satisfacción no solo por este hecho si no porque le encantó que Barrios hubiera elegido -sin saberlo- a Hedy Lamarr para la portada. Lamarr fue una actriz de cine e inventora austriaca -fue una de las promotoras de las redes wifi- naturalizada estadounidense que pudo que escapar de su marido nazi en la Segunda Guerra Mundial.
El documental sueco que habla de mujeres españolas en lucha en los años 70
Otra de las anécdotas que nos trasmite Barrios sobre este libro hace referencia al documental 'Mujeres en lucha' que grabó una televisión sueca en 1976 en España. En la cinta aparecen mujeres antifranquistas que relatan sus experiencias en la lucha contra la dictadura a través de episodios como la lucha en Asturias, la resistencia contra los nazis, la lucha comunista y feminista, la sindical o la vecinal. En él aparece Ana Sirgo, otra de las protagonistas de este libro.
Este documental no fue emitido en España y apenas se tenía conocimiento del mismo hasta que fue rescatado por Daniel Lobato, hijo de Dulcinea Bellido, entre unas cajas de su madre que estaban abandonadas en una finca. Lobato encontró una empresa en Holanda que consiguió trasladar el formato de la cinta a uno compatible en España. Ahora se puede ver en Youtube.