A la consejera de Educación, Cultura y Deportes, Rosa Ana Rodríguez, le ha tocado lidiar con una de las áreas más complejas de la región en plena crisis por la pandemia de COVID-19. Tras un curso escolar con apenas incidencia en contagios y confinamientos de aulas o centros, arranca el segundo que se lleva a cabo bajo la incidencia del coronavirus pero con la mayoría del profesorado y el alumnado ya vacunado. Su departamento tiene por delante otros retos como mantener las 3.000 contrataciones que se realizaron como refuerzo docente por la pandemia, conseguir que la presencialidad en las aulas sea una realidad porque no haya brotes que así lo impidan, garantizar la seguridad sanitaria y las distancias en los centros educativa y avanzar en la digitalización, entre otros.
De estas cuestiones y otras muchas como la igualdad, las ratios o la LOMLOE, hablamos con la consejera al inicio del curso escolar 2021-2022:
Arranca el segundo curso escolar con pandemia de COVID-19 y se mantienen las medidas apostando por la presencialidad total según el protocolo del Ministerio de Sanidad. Existe la posibilidad de que haya flexibilizaciones durante el curso como las últimas referidas a las cuarentenas y actividades extraescolares. ¿Qué más medidas de relajación se pueden ir adoptando?
Nosotros no sabemos en este momento en qué línea de flexibilización va a ir la norma del Ministerio pero lo que sí sabemos de entrada es que estas dos disposiciones (las referidas a las cuarentenas y a las actividades extraescolares) ya hablan de ese avance en cuanto a la reducción de las restricciones en los centros educativos. Debemos destacar que gran parte del éxito del curso pasado se debió fundamentalmente al seguimiento riguroso que tanto el Ministerio como la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha nos iban indicando y que nosotros transformábamos en norma para trasladarlo a los centros educativos. Desde luego, en esa línea vamos a seguir. Vamos a hacer un riguroso y estricto cumplimiento de todas aquellas condiciones y variables que nos marque Sanidad. Ya los centros están advertidos desde que enviamos la guía educativo-sanitaria en junio y las instrucciones de principio de curso, y saben que la disposición puede irse modificando. Por tanto, vemos que este curso podrá ir aliviando esa carga de normativa en torno a la convivencia con la COVID-19, pero tenemos que seguir siendo prudentes.
Es verdad que el punto de partida es mejor que el curso pasado, incluso menos caótico. Pero, ¿no considera que puede haber exceso de confianza y brotes de COVID debido a la vacunación y a que no haya protocolos más estrictos?
Claro, por eso es importante hablar de seguridad, porque es un inicio de curso más sólido en cuanto al conocimiento que tenemos, pero sigo insistiendo en la prudencia. Tiene que ser el denominador común en todos los centros educativos. Que vayamos ganando esa batalla al virus en realidad es porque hacemos un autocontrol no solamente a nivel personal, sino también a nivel colectivo, y debemos ser rigurosos con el uso de la mascarilla, con la distancia de seguridad y con los grupos de convivencia allí donde indica la norma. Hay que tener mucho cuidado todavía porque no estamos fuera de ese peligro. La vacunación es importante y hay mucho porcentaje de población vacunada mas allá de la propia comunidad educativa y eso nos da seguridad, pero lo entendemos como un año de transición. Esperamos y deseamos que, si todos hacemos bien este camino hacia la normalidad, el año que viene la incidencia sea todavía menor o incluso podamos volver a la normalidad absoluta.
¿Está contemplado hacer cribados por zonas o centros escolares para vigilar que la incidencia no suba, o en el caso de que suba, para controlarla?
Sí, lo que tenemos en la guía de Sanidad son dos niveles de alerta según la incidencia de casos y transmisión. Si una población está en alerta 1 o 2 no hay ningún tipo de situación de peligro, y la actividad lectiva se realiza tal y como está planificada. Si la alerta es 3 o 4, la situación reviste un mayor peligro y la comunidad educativa, así como otro tipo de contextos donde confluyen determinado número de personas, pueden verse alterados. Ahí es donde nosotros tenemos que intervenir. Aunque las distancias están estipuladas por grupos, se realizarán medidas para garantizar la distancia mediante desdobles en aquellos lugares donde exista esta segunda alerta y mientras dure la misma.
Se mantendrán las 3.000 contrataciones de refuerzo pero se irán haciendo de forma progresiva"
En principio se mantienen las aulas prefabricadas en los centros donde han sido necesarias para garantizar la posibilidad de esos desdobles, pero ¿además se prevé que se puedan ampliar?
Muy poco. Vamos a conservar básicamente las que ya tuvimos que incrementar el año pasado, porque en algunos casos las hemos transportado y se seguirán transportando a aquellos centros educativos donde sea necesario. Las mantenemos no solamente para los desdobles, sino también para las obras con las que que conviven en algunos centros educativos.
El Gobierno regional ha garantizado el mantenimiento de las 3.000 contrataciones de refuerzo que se realizaron el curso pasado con motivo de la COVID. ¿Esas incorporaciones van a ser inmediatas o también progresivas como el año pasado?
Va a ser progresivo. Hemos hecho ahora mismo las adjudicaciones para atender a la bajada de ratios de Bachillerato, que ya están en 35 alumnos por aula conforme indica el Ministerio, y en algunas de Secundaria. Hemos hecho también contrataciones en los centros donde eran necesarios los desdobles para conseguir la presencialidad total y, además, algunas adjudicaciones para determinadas bajas. Pero paulatinamente se va a ir incorporando todo el personal necesario para el Plan de Éxito Educativo y Abandono Escolar Temprano. La dotación de efectivos docentes que tiene que venir para cubrir ese refuerzo se hará progresivamente a partir de enero, cuando entra en vigor. Pero, por ejemplo, en cuanto a las Unidades de Orientación Personal y Familiar, se irán haciendo a lo largo de este trimestre. Y las que se corresponden con el PROA+ también conforme se firmen los contratos con los centros educativos que tengan los indicadores precisos. Es decir, hay una parte que es imposible que esté adjudicada ahora porque las necesidades va a ir surgiendo a medida que pongamos en marcha los programas y que los centros educativos vayan percatándose de determinadas situaciones de necesidad, que deben ir acompañadas de un cupo de profesorado.
En cualquier caso, si se garantiza que siguen haciendo falta esos 3.000 refuerzos, es porque se ha calculado conforme a las necesidades…
Efectivamente. Luego también tenemos más ciclos formativos de Formación Profesional y por lo tanto más necesidad de equipos dentro de ese ámbito. Lógicamente hacemos un cálculo aproximado a la realidad y que poco a poco se va a ir incorporando. Pero es importante señalar que esos 3.000 contratos más no siempre irán dirigidos a las mismas personas. Lo importante es cubrir las necesidades del sistema educativo allí donde haga falta. Si por ejemplo vemos que hay más necesidades en Secundaria, haremos esa inmersión de mayor número de docentes en esa etapa. Hay una serie de programas donde, a medida que vayan avanzando, tendremos que ir incorporando profesionales.
Los sindicatos han pedido que, puesto que las medidas puestas en marcha por la COVID-19 han supuesto una mejora de la educación pública, deben mantenerse aunque no haya pandemia porque se ha demostrado que algunos problemas eran estructurales, no coyunturales. ¿Cómo lo valora?
Lo primero, me alegro de que los sindicatos se alineen con las acciones que llevó a cabo la Administración el curso pasado. Pero hay dos cuestiones fundamentales: por un lado, aquellas que afectan al progreso que por sí mismo ha tenido el sistema educativo y, por otro lado, los recursos humanos y materiales que pueden no ser necesarios porque son fruto de algo casual o coyuntural. Hay determinadas cuestiones que no se pueden consolidar y otras que sí vienen con vocación de continuidad.
¿Cuáles podrían tener esa vocación de continuidad?
Pues, por ejemplo, la tiene el hecho de que vamos a seguir trabajando en el refuerzo educativo. Todo lo que compete a los programas contra el abandono escolar temprano tiene continuidad. E igual con todo aquello que venga desde el ámbito de la digitalización para poder seguir capacitando a alumnado y profesorado. También la reducción de las ratios en Bachillerato y todo lo derivado de la reducción de las mismas en Secundaria. Pero evidentemente los desdobles fruto del distanciamiento entre alumnos y alumnas está claro que no puede continuar porque no corresponde, no es una necesidad sin la pandemia.
Se ha hablado de la importancia de iniciar el curso con profesorado, alumnado y personal no docente ya vacunado. En el caso del profesorado, se hizo con la vacuna de AstraZeneca, en un proceso que se vio parcialmente truncado por la paralización de la distribución del suero y después de la combinación con Pfizer. ¿Qué porcentaje hay vacunado del profesorado?
Es un dato muy complicado para nosotros y tendría que darlo Sanidad. Cuando lo preguntamos, nos dicen que es muy similar al de la población en general. No dista para nada de cualquier otro colectivo. Lo importante es que ahora vamos a hacer una campaña para que aquellos que no se pudieron vacunar en su momento, por cuestiones de salud de forma momentánea, puedan hacerlo. Se va a hacer una repesca para que estas personas puedan vacunarse sin ningún tipo de problema. Intentamos llegar al mayor número de personas posible pero tampoco podemos obligar.
La cuestión es que se generó cierta desconfianza por la saturación de información sobre AstraZeneca...
No hubo tanta desconfianza. De hecho, abrimos el abanico del personal a vacunar. Incluimos a todos y todas. Los que estaban con bajas, o en excedencia, o en los sindicatos. Fuimos ampliando a cada vez más personal no docente, de otras empresas que colaboran con los centros educativos o de planes de empleo con trabajos en colegios e institutos. Por eso también el dato es complicado, porque no solo vacunamos a docentes. Cerramos la campaña de vacunación el 30 de junio cuando finalizó el curso. El porcentaje que pueda quedar es porque las instrucciones variaron o porque optó por no vacunarse. Pero Sanidad nos ha pedido que hagamos un último barrido, que va a ser muy amplio y muy abierto para todos aquellos que no se vacunaron y que gestionarán directamente las áreas sanitarias.
Este curso ya se aplica la ratio de Bachillerato de 35 alumnos por aula, la última que quedaba por aplicar según las indicaciones del Ministerio, pero ¿se puede avanzar más en esto después de que haya habido resoluciones judiciales que han impugnado ratios desde el Gobierno del PP?
Hemos hecho ya un gran esfuerzo para poner las ratios al nivel que corresponde. Ha sido duro, pero por fin está consolidado. La ratio media de Castilla-La Mancha, en general, está muy por debajo de las que marca el Ministerio. De hecho, la mayor parte los centros educativos no llegan a los umbrales marcados. En este momento, no vamos a hacer un cambio de forma inminente, vamos a esperar a ver qué pasa con la evolución de la pandemia. Hemos sido bastante flexibles con las ratios porque siempre hemos dicho que teníamos que ver la dimensión del aula y la casuística concreta. Hemos ido al detalle y centro a centro. Insisto en que en la mayor parte de centros no se llega a esos niveles y mucho menos en zonas rurales donde tenemos hasta tres alumnos por aula. También es verdad que hablamos mucho de ratios pero no de todos los apoyos, los refuerzos y el personal que dedicamos a hacer posible que la calidad educativa se cumplimente con garantías, y somos de las comunidades autónomas que más recursos humanos incorporamos.
La digitalización ha sido muy importante el curso pasado por la semi-presencialidad. Ahora estamos con la presencialidad total pero ese proceso sirvió para que buena parte del alumnado pudiera acceder a las nuevas tecnologías. Aunque se realiza en servicio de préstamo, ¿no pueden adoptarse más medidas para permitir el acceso universal a los dispositivos móviles entre el alumnado en situación de mayor vulnerabilidad?
Siempre atendemos al alumnado en situación vulnerable. Desde el momento en que comenzó la pandemia, cuando hubo un cierre físico de los centros, nuestra máxima preocupación fue atender a aquellos que más necesidades tenían en cuanto a dispositivos y conexiones a la red desde su casa. Llegamos a los lugares más inaccesibles. El alumnado más vulnerable tiene siempre en el centro educativo su dispositivo digital, los directores y directoras lo saben, y tienen esa encomienda para el sistema de préstamo durante la escolarización. Somos de las comunidades autónomas que más trabajo de digitalización han hecho en ese sentido, con un plan muy ambicioso que consta no solamente de la dotación de dispositivos a los centros, sino que con el tiempo hemos ido formando al profesorado. Estamos muy orgullosos de la acogida de todos los cursos de formación y ha habido un entendimiento entre lo que el profesorado quería y lo que la Administración ha ido dando. Y seguimos siendo ambiciosos en ese sentido para seguir capacitando y aumentado la digitalización. De hecho, vamos a trabajar la capacitación digital, no solamente para el profesorado, sino también para los propios centros. Queremos hacer un testeo de los centros para ir mejorando y que la transformación imparable de la tecnología sea una realidad en la educación a través de diferentes itinerarios.
En un pueblo, cuando una escuela se va, se va la posibilidad de tener gente joven, y algunas de las acciones que se hacen con la comunidad se abandonan"
En la Estrategia contra la Despoblación que emana de la nueva normativa regional hay algunas medidas concretas para el mantenimiento de las escuelas rurales, como los acuerdos de itinerancia y retribuciones para docentes que vayan a los Centros Rurales Agrupados. ¿Cuándo podrían ponerse en marcha? ¿Serán suficientes para evitar el cierre de escuelas rurales en zonas despobladas?
La Estrategia va en una doble línea. Por un lado, mantener abiertas las escuelas rurales, de ahí que permitamos que así sea incluso con dos alumnos por aula cuando al curso siguiente se garantice un número de cuatro. Para eso las dotamos de los mismos recursos que otros centros educativos en apoyos y especialistas. Es un coste mayor pero necesario. Y luego intentamos que el profesorado que está en esos centros tenga un valor añadido a su carrera profesional. Creemos que la escuela es un nodo cultural muy importante. En un pueblo, cuando una escuela se va, se va la posibilidad de tener gente joven, y algunas de las acciones que se hacen con la comunidad se abandonan. La escuela no se concibe como un ente aparte del contexto social, es un elemento más dentro de la dinámica cultural de una localidad y se generan muchas acciones y programas que tienen mucho que ver con la interacción entre personas y ámbitos. Todo esa esencia y identidad de comunidad se puede perder cuando se va una escuela. Y estamos luchando para que eso no sea así.
Durante el próximo curso, comenzará la aplicación de la LOMLOE, la nueva ley estatal. ¿Cuál es el paso siguiente y en qué medida afectará más a Castilla-La Mancha?
En Castilla-La Mancha, este año van a entrar en vigor los decretos de nombramientos de directos y directoras, de admisión del alumnado, y el de orientación, que está ya prácticamente terminado. A partir de ahí estamos trabajando todas las comunidades autónomas con el Ministerio en los decretos de currículo para hacer esa adaptación al marco de la LOMLOE. Hay un proceso de participación, de entendimiento, porque son los profesionales de la educación lo que están haciendo ese ejercicio de adaptación del currículo educativo. En el curso 2022-2023 entrarán los cursos impares y en el 2023-2024 los pares y con ello ya se conformará el aterrizaje total de la nueva legislación. En lo que a nosotros respecta, hemos dado pasos hacia el futuro, no nos pilla a trasmano esta transformación. Por ejemplo, en el cambio de la educación especial, nuestro decreto de inclusión, que es del 2018, ya incluía tres modelos de escolarización: la ordinaria, la de educación especial y la combinada. Y aparte, entendemos que la ley tiene cuestiones como la igualdad de género que es algo que ya hemos trabajado.
Y al hilo de ello, ¿en qué ciclo de desarrollo se encuentra la asignatura Educación para la Igualdad que emanaba de la Ley para una Sociedad Libre de Violencia de Género de Castilla-La Mancha y que se puso en marcha en pruebas-piloto en algunos centros?
La LOMLOE marca una asignatura que no se llama igual pero habla de esa realidad. El contenido está claro y viene marcado por la norma. Ya vamos por el tercer Plan de Igualdad que ponemos en marcha y cada vez hay más centros educativos que se incorporan. Hay una sensibilización cada vez mayor. En cuanto a la asignatura de Educación para la Igualdad, la situación de pilotaje que tuvo en su momento no tiene sentido cuando hay ya un cambio normativa estatal. Siempre dijimos que teníamos que esperar al asentamiento de la ley estatal para ver cómo podíamos encajar esa asignatura y de hecho creemos que queda suficientemente reflejada. Lo que tenemos que hacer es acomodarla al currículo que trae para que tenga un peso específico muy marcado.