La talaverana Susana Guerrero ha declarado este jueves en los Juzgados de Talavera de la Reina (Toledo) por un delito de presunta denuncia falsa por abusos sexuales contra el padre de su hija de 12 años, condenado en firme por violencia de género en 2008, por lo que se enfrenta a una petición de dos años de cárcel por parte de la Fiscalía. Arropada por representantes de distintos colectivos que han promulgado la campaña #hablemosporella, ha culpado a la Fiscalía de "proteger a un depredador" porque no quiere que su hija pueda sufrir los abusos sexuales que ella sufrió cuando era niña, pues el padre biológico de la menor fue el padre de acogida de Susana cuando se quedó embarazada con 17 años.
Según ha explicado, el fiscal de Talavera utiliza el "falso" síndrome de alineación parental (SAP) para acusarla de manipular a la menor, se protege a un depredador que abusó de mí durante más de ocho años de mi vida y que su relato "es absolutamente falso". De hecho, ha asegurado que "en el último auto llega a decir que la niña sufre producto de su imaginación y que imagina que ha sido abusada, que imagina que su padre le ha tocado y que abusa sexualmente de ella".
Guerrero ha dicho que lleva esperando este juicio un año, "con muchas presiones", ha recalcado, y con "desacreditación por parte de la sociedad" porque ya ha sido condenada una vez. Además ha recordado que no se trata de alguien que es su expareja, sino de "un hombre que se aprovechó de su condición de niña de familia desestructurada, para acogerla y abusar sexualmente" de ella.
"Hoy se decide mi libertad y lo único que reivindicaré siempre es que soy inocente y que se protege a un depredador que abusó de mí durante más de ocho años de mi vida", ha manifestado. Susana ha confesado que esta situación le está costando su salud y su vida, por el hecho, a su juicio, de "plantar cara al sistema judicial", y ha precisado que su caso "no es una excepción", pues hay muchos más que no salen a la luz.
Por último, ha recalcado que su hija permanece "escondida" y que desde hace cuatro años no se la entrega al padre para cumplir con el régimen de visitas, hasta que la justicia "no se comprometa a salvaguardar en todo momento los derechos de mi hija", ha declarado. Precisamente la vista por el presunto delito de desobediencia por el régimen de visitas se celebrará en verano, y en esa ocasión se deberá enfrentar a una nueva petición de un año de cárcel.