Creo transmitir fielmente el sentir de quienes militan, colaboran, simpatizan, o han votado a las candidaturas de Ahora Talavera (o a alguna de las otras dos que se escindieron de Ganemos), e incluso de quienes votando al PSOE –o no votando- defienden un modelo social más justo, más equitativo, más solidario, más fraterno, cuando estos últimos días expresaban su alegría ante la posibilidad de un Gobierno de Coalición PSOE-Unidas Podemos.
Algunas voces amigas expresaban su esperanza, incluso su ilusión, ante la perspectiva de que, por fin, tras 42 años, decían, lo que hemos votado se refleje en el gobierno. Había quienes alargaban aún más la cuenta de los sueños renovados, yéndose a buscar la continuidad con aquella unidad popular que hace 83 años ya formó un gobierno regenerador, pronto derribado por las fuerzas retrógradas que no podían soportar ni el intento de construir una democracia real.
Pero creo también ser fiel a la realidad de tanta desconfianza, a veces mezclada con el optimismo, ante lo que vayan a ser capaces de hacer desde el Gobierno los mismos que tan poco han hecho otras veces, ni desde Madrid, ni desde Toledo, ni desde la misma Talavera, por atender a nuestras reiteradas demandas. Demandas claras y sensatas, de una tierra abandonada, traicionada, a la que se le quita el agua de su río, se le niega un tren digno, se le racanean servicios básicos y oportunidades educativas, y se le deja, en definitiva, desangrarse de su mejor gente, de su juventud más formada, a la que no se le facilitan ni espacios de estudio, ni oportunidades laborales sólidas, ni siquiera viviendas sociales accesibles.
Porque esta desconfianza nace de la experiencia, no sólo con las administraciones públicas que nos han postergado, sino también con las organizaciones políticas que estaban detrás. Porque hasta la fecha no han dejado abierto un canal de participación real, efectivo, para nuestra ciudadanía, para la más activa, para las asociaciones y colectivos vecinales, culturales, y de todo tipo. Ni para las voces particulares que llevan tantos años reclamando lo que es justo. Han dejado siempre a Talavera y su comarca a merced de intrigas y cambalaches, y banderías internas, que han llegado al extremo de imponernos representantes ajenos a nuestra tierra, y sobre todo a nuestros intereses.
Por eso, tras analizar cuidadosamente los resultados electorales, no dejamos de mirar con simpatía, y hasta con un punto de envidia sana, la aparición de opciones como Teruel Existe, votadas para la defensa de su tierra, ante el abandono de las organizaciones estatales. Hay quienes pretenden ridiculizarlas, y buscan todo tipo de argumentos para descalificar estos intentos localistas o regionalistas, y se afanan en querer atizar los fantasmas de la desunión, y la necesidad de las Patrias Grandes, pero siguen ignorando que son una respuesta lógica ante la sordera del poder que desoye las voces de comunidades relegadas, olvidadas. Como la nuestra.
Así las cosas, nuestra apuesta sigue siendo ante todo internacionalista, porque creemos en la Patria mayor que existe: la Humanidad, esa cada vez más globalizada que nos tiene que acercar a cualquiera, porque cada vez nuestros problemas son más comunes y hay más necesidad de abordarlos desde la solidaridad internacional. Por eso nos asquea y nos apena que haya quienes quieren ver en las personas necesitadas de otro origen una oportunidad para el abuso, para emplearlas como mano de obra barata o esclava, negándoles derechos elementales, y negando al tiempo un valor tan básico para cualquier Comunidad como la Solidaridad y la Ayuda Mutua.
Nos preocupa especialmente ver crecer en nuestra tierra el voto que, por ignorancia de la realidad histórica, por creerse afirmaciones falsas que buscan culpabilizar al débil, al extranjero, a las mujeres, a quienes son diferentes, o a quienes han tenido menos suerte en la vida, o –lo que es peor- simplemente por un egoísmo mezquino, pretenden volver atrás a épocas oscuras autoritarias, restringir derechos y libertades, y en definitiva sojuzgar una vez más a la mayoría trabajadora, para beneficiar a los poderosos. Llega a ser penoso y repugnante el constatar cómo tras ese voto, disfrazados en la bandera, están los defensores de la tradición fascista (que tanto dolor y tanto atraso nos supuso), o quienes hoy persiguen un sistema inhumano, especulador, basado en el abuso sobre personas despreciadas como inferiores, y en el rechazo a quienes se consideren diferentes.
Desde Ahora Talavera seguimos y seguiremos combatiendo la ignorancia y el abuso, la falsificación histórica y el populismo tergiversador. Seguiremos defendiendo la solidaridad entre quienes habitan y trabajan en nuestra Comunidad, y plantando cara a quienes con cualquier excusa quieran recortar las libertades y los derechos sociales que tanto ha costado conseguir.
Ni la emergencia climática, ni la alarma feminista, ni la precariedad laboral, ni la pobreza ni la exclusión sociales pueden ignorarse. Y para evitarlo, hay que apoyar un intento más de hacer un gobierno para la mayoría, para esa mayoría también aquí que apuesta por la convivencia pacífica, y por una calidad de vida que sólo garantizan unos servicios públicos sólidos. Pero ese apoyo no puede ser un cheque en blanco para que vuelvan a postergarnos, en aras de intereses de partidos y organizaciones ajenas. Tiene que ser un apoyo crítico, constructivo, que exija la participación de Talavera y sus tierras en las decisiones que más nos afectan, y eso implica desarrollar una organización propia, desde aquí, desde nuestra Comunidad, haciendo que se oiga fuerte nuestra voz, para que sepan que también ahora Talavera existe.