Los artistas C. Tangana y Nathy Peluso se han pronunciado tras la renuncia del deán de la Catedral de Toledo por el videoclip que los dos artistas grabaron en distintos espacios del templo.
"Nos ha tomado por sorpresa, nos da pena, supongo que él conoce mejor que nadie como funciona la Iglesia y sabía lo que sucedía", ha comentado C. Tangana en una entrevista para Billboard Latin.
El deán, Juan Miguel Ferrer, fue quien autorizó la grabación del vídeo 'Ateo' de C. Tangana y Nathy Peluso. La polémica se generó el pasado viernes, a raíz de la publicación del vídeo, que ha provocado el enfrentamiento entre la cúpula de la Iglesia toledana. El videoclip también generó las críticas de los fieles, que llegaron a convocar un rezo colectivo a las puertas del templo para lograr la ‘reparación’ por lo ocurrido.
"Me da pena porque era una oportunidad para decir algo bonito, moderno y tolerante por parte de la Iglesia. De repente, no ha quedado así", ha dicho C. Tangana.
C. Tangana asegura que la idea del vídeo era comparar la censura de las redes sociales con "otras formas clásicas de censura, como la de la Iglesia". "Al final, creía yo que éramos más modernos de lo que somos", comenta 'El Madrileño'.
Ambos artistas han querido aclarar que su intención no era ofender. Peluso ha dicho que el vídeo está hecho con "amor" y que no intentaban "ni faltar el respeto ni desencadenar la dimisión" de nadie.
Diferencias sobre las escenas en la Catedral
El videoclip de la discordia se titula 'Ateo'. A los bailes con los que ambos interpretan la obra se suman escenas como, por ejemplo, la de Nathy Peluso desnuda alzando la cabeza decapitada de C. Tangana quien agarra del pelo a la compositora argentina.
En primera instancia, el deán Ferrer no le dio importancia a las imágenes y argumentó en un comunicado que la historia de la canción representa una “conversión mediante el amor humano”. Pese a reconocer lo "provocador" del vídeo, también aseguraba que "no afecta a la fe”, decía.
Minutos después, sus palabras eran desautorizadas por el arzobispo. Francisco Cerro Chaves pedía "humilde y sinceramente perdón a todos los fieles laicos, consagrados y sacerdotes, que se han sentido justamente heridos por este uso indebido de un lugar sagrado".