“Todos somos muy conscientes del horror de la Segunda Guerra Mundial y de la terrible aberración que fue el nazismo, pero no tenemos la misma consciencia del horror que supuso la expulsión de todo el pueblo palestino de sus casas”. Con voz firme y curtida en la experiencia del relato que describe, la periodista Teresa Aranguren comparte su visión de la evolución del conflicto palestino-israelí y la relevancia del mismo en el imaginario occidental, por medio de reflexiones como esta y otras que no dejan en buen lugar, en cuanto a la defensa de los derechos humanos se refiere, al presidente norteamericano Donald Trump ni al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.
Una situación “atroz” que se ha reflejado en las últimas semanas con la historia de la joven Ahed Tamimi, tal y como destaca Aranguren en una conversación con toledodiario.es antes de participar en la capital regional en la inauguración de la exposición 'Muros que dividen el mundo' , organizada por Mujeres de Negro Contra la Guerra e IU Toledo en el espacio Urbana 6, donde ofrecerá una charla bajo el título 'Mujeres y derechos humanos en Palestina. Cien años de expolio'.
La periodista alavesa considera que esta chica palestina que se enfrenta a una docena de cargos, entre ellos el de agresión agravada, tras publicarse un vídeo en el que abofetea a dos soldados israelíes -unos hechos por los que fue encarcelada en un modulo de máxima seguridad y será juzgada este miércoles- ha mostrado “la cotidianidad de una familia muy representativa de la sociedad palestina” con la mediatización de su caso en las últimas semanas.
“Ha tenido un efecto de simpatía y de sorpresa. Lo primero que ha sorprendido es que hay una palestina rubia con una melena preciosa. Nos movemos en el terreno de los estereotipos y en la sociedad palestina hay de todo”, resalta sobre una joven que unas horas antes había presenciado cómo soldados del ejército israelí ocupaban su casa y disparaban a un primo suyo en la cara. Una joven que muestra que la sociedad palestina es “mucho más abierta de lo que se intenta transmitir”.
Aranguren valora “el coraje enorme” que manifiesta Tamimi ante los soldados pero recuerda que es un hecho “habitual” y lamenta “la incapacidad de movilización” que se ha dado para reivindicar los derechos humanos en Palestina de esta mujer de 16 años que lleva ya varios años luchando contra “los controles de las fuerzas de ocupación o los toques de queda” que les impiden salir de sus casas. En este sentido, apunta a la labor del movimiento feminista occidental, del cual opina que “revisarse muchos de sus criterios”. “No ha habido una manifestación con mujeres occidentales solidarias, no ha habido una denuncia clara”, expresa la periodista, que rechaza “tajantemente que desde los movimientos feministas se decida lo que deben hacer o deben dejar de hacer estas mujeres”.
“La mujer palestina nos puede dar lecciones a las europeas, es importante que sepamos estar con ellas y apoyarlas, sabiendo que son parte de una sociedad aplastada”, continúa la periodista, que ha relatado en diversos libros un conflicto en el que Israel, con beneplácito también de la Unión Europea, ha ocupado gran parte del territorio palestino provocando la aparición del movimiento islamista Hamas, que reclama el establecimiento soberano del Estado de Palestina, considerado actualmente por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como un grupo estado “observador no miembro” de la misma.
“Sería ejemplarizante que la UE suspendiera acuerdos comerciales con Israel”
Aranguren extiende su crítica también al papel de la Unión Europea en este conflicto que ha tenido su “guinda” con las polémicas decisiones de Trump de desaplazar a Jerusalén la embajada de Estados Unidos o la de congelar los fondos que destina cada año a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina (UNRWA). “La pareja Trump y Netanyahu es uno de los grandes peligros para la estabilidad de Palestina y para la mejora del mundo y es un peligro también para la Unión Europea. Si Europa no reacciona y tiene una política que lo diferencia de Estados Unidos, estamos también en peligro, lo que ocurre en Palestina afecta a todo el Estado de Oriente”.
En este sentido, recalca que “no ha habido nunca una auténtica decisión internacional de imponer el derecho y la vía del diálogo y la paz”. “Ha habido una constante impugnación que permite que se agrave la perpetración del crimen contra Palestina”, un crimen del que Aranguren resalta las consecuencias del bloqueo de Gaza y “la especie de infierno” en la que se ha convertido un lugar que “ya no es un territorio habitable”. Asimismo, advierte sobre las nefastas consecuencias que puede tener como la incitación a los palestinos a adherirse a movimientos yihadistas de los que Europa conoce bien su alcance. “Se está aumentando el odio a occidente, es un fenómeno atroz que crece”, subraya la periodista, que aunque tiene “mucha confianza en la sociedad palestina, donde hay gente muy preparada y muy sensata” advierte que “se van a desbordados por la rabia”.
¿Cómo puede la sociedad española mostrar su repulsa desde sus pueblos y sus ciudades a esta ocupación militar que “se trata de normalizar”? Aranguren lo tiene claro, los palestinos “necesitan solidaridad” y, en este sentido, el reconocimiento del Estado de Palestina, como el que ha llevado a cabo el Ayuntamiento de Oviedo, u otro tipo de acciones de reconocimiento y apoyo a su situación son “actos importantísimos porque también crean opinión”.
“Piden que, por favor, se cuenta lo que les están haciendo”
“Lo que ocurre en Palestina no afecta solo a Palestina sino a todo el Estado de Oriente, somos responsables del drama de palestina, no surgió allí sino que se hizo desde Europa”, recuerda Aranguren sobre el apoyo de Gran Bretaña al proyecto sionista desde principios del siglo XX. “Comunicar lo que les está pasando es como un pequeño bálsamo” de relatar una situación que “hay que combatir no solo desde las instituciones sino también desde la ciudadanía”.
“A todos los que nos hemos movido por zonas de conflicto en las que se da esta situación de injusticia lo que más nos han transmitido es: por favor, cuenta lo que nos están haciendo. Tienen la impresión de que si el mundo lo supiera la cosa sería distinta”, relata la periodista que, para predicar con el ejemplo, divulgará su experiencia en la exposición que inaugura esta tarde con la esperanza de que se ponga fin a “la impunidad israelí” con medidas de presión “contra la ocupación”. “El decir que los palestinos se reúnan con israelíes para resolver el conflicto me parece una falacia e incluso un insulto, es como reunir en una habitación a un lobo con un corderito”.