Entre los principales factores del 'semáforo COVID' está la incidencia acumulada. Esta debe ser menor a 250 casos en los últimos 14 días por cada 100.000 habitantes de la zona en cuestión para dejar de ser de riesgo extremo. En Castilla-La Mancha, los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, señalan que la IA es de 251 casos por cada 100.000 habitantes, por lo que está a punto de salir de la situación de riesgo extremo.
Otro factor es la Incidencia Acumulada a de los últimos 7 días, que debe ser menor a 125, algo que ya se cumple en Castilla-La Mancha según los datos del 3 de septiembre, que señalan que a siete días, la IA es de 91,19. En el caso de la positividad de las pruebas diagnósticas realizadas en la última semana de agosto, que debe ser menor del 15% para estar fuera de riesgo extremo, en Castilla-La Mancha el porcentaje es de 13,08%. Es más bajo de lo que se indica, sí, pero también es el porcentaje más alto de todas las comunidades autónomas.
La incidencia de mayores de 65 años es también un factor a tener en cuenta para que una región salga de una situación de riesgo extremo. En el caso de la región, las personas de más de 65 años tenían una incidencia, a día 2 de septiembre, de 215.8 casos en los últimos 14 días y de 85.1 en los últimos 7 días. Para salir de riesgo extremo, debería ser de menos de 150, a 14 días.
En los últimos siete días, hasta el 2 de septiembre, la letalidad, en porcentaje, entre los pacientes con COVID-19 en la región también era la más alta de las comunidades autónomas, con un 2,7% de personas fallecidas. En total, en la región han muerto treinta personas durante esa semana. El porcentaje de trazabilidad, es decir de casos cuyo origen se puede relacionar a otro caso, es de un 63.5%, más propio de una situación de riesgo medio que de riesgo extremo.
La ocupación de camas es otro de los factores, más bien relacionados con la presión hospitalaria que con los niveles de transmisión. Debe ser de menos del 15% en el caso de las camas convencionales y de menos del 25% en el caso de las de UCI. En Castilla-La Mancha se cumple con una ocupación de poco más de un 14% en el caso de las camas UCI.
Por provincias, según los datos al 2 de septiembre, la que presenta la incidencia más alta es, como es de prever, Toledo. La provincia tiene una incidencia muy alta, de 360 casos por cada 100.000 habitantes, muy por encima de los 188.6 de Guadalajara, o los 190.8 de Albacete. Ciudad Real y Cuenca tienen una incidencia mayor de 200 casos, pero la ciudadrealeña quedaría fuera del riesgo extremo al ser de 223, mientras que la conquense es de 266.6.
En el caso de los mayores de 65 años, también a 14 días, se mantiene la misma tendencia: Toledo es la que tiene mayor incidencia acumulada con 301 casos por cada 100.000 habitantes. Le sigue Cuenca, con 230.9 y ya por debajo del riesgo extremo el resto de las provincias. Albacete, con 139,9; Ciudad Real 162 y Guadalajara 191,7.
En cuanto a la vacunación, en Castilla-La Mancha ya había, hasta el 2 de septiembre, 1.437.499 personas con la pauta completa y 1.576.250 personas con al menos una dosis. Se ha inoculado el 91.3% de las vacunas entregadas en la región, que llegaba al 2 de septiembre a un total de 3.127.030 dosis. La población a vacunar es de 1.808.784 personas, según la población registrada por el INE. El porcentaje del último grupo etario que comenzó a vacunarse, el de entre 12 y 19 años, llega ya al 75.9% con al menos una dosis; es incluso superior al de la población de entre 20 y 29 años y también de entre 30 y 39 años.