Un sentido homenaje a las ocho mujeres que han fallecido en el escaso mes que lleva 2016 protagonizó la concentración mensual del Consejo de la Mujer de Toledo. En esta ocasión, fue la concejal Eva Jiménez la encargad de leer el manifiesto que, en febrero, ha abordado principalmente el problema de las dependencias emocionales en las mujeres.
En el manifiesto se afirmaba que las mujeres se han definido de forma "histórica" como dependientes. De padres, maridos o instituciones como el Estado o la Iglesia. En este sentido, añaden que las relaciones se van estableciendo bajo el paraguas de una "socialización diferencial" basada en mitos, como el del "amor romántico". "Se mitifica el amor", afirma el documento.
Pero el problema no es este, según afirman, sino que se "normaliza" el conflicto hasta llegar incluso a hacer creer que es "compatible el amor y el maltrato". Entre otras cosas, señalan que se hace creer que el amor requiere "entrega total", por loq ue se renuncia a la personalidad, a la intimidad y a considerar el emparejamiento como "el centro" y la "referencia de la existencia y de la felicidad". "Parece que la mayor demostración de amor supone olvidarse de sí mismas", señala el documento.
Por tanto, el Consejo señala que su reivindicación es la de lograr mujeres fuertes que no caigan en una "rueda de dependencia emocional", con vidas que sean autónomas e independientes y libres de maltrato, violencia o agresión. "El amor no duele. Duele el control, la sumisión, la violencia y la muerte". En este sentido, afirman que son las ocho mujeres asesinadas en 2016 por "hombres con los que mantenían una relación basada en la dependencia, en el amor romántico, en la desigualdad en definitiva". Eso, afirmaban, es lo que les duele.