La empresaria toledana Esperanza Peces Sánchez no olvidará facilmente el Jueves Santo de 2016. Una turista se ponía de parto a las puertas del Museo del Greco de Toledo, ubicado muy cerca del restaurante Carolvs que ella regenta en la capital regional.
La joven se encontraba en torno a las cinco de la tarde en los pretiles del museo en compañía de su marido y otras dos parejas cuando, al parecer, le sobrevino el parto. "Estaba con unos amigos comiendo en la terraza de mi restaurante y oímos un grito. Pensamos que alguien se había caído. Al ver que la persona estaba embaraza me acerqué y tenía los pantalones manchados, parecía haber roto aguas", relata Esperanza Peces.
La empresaria hizo entrar a la joven al baño del restaurante para que pudiera asearse. "La chica estaba asustada pero no quiso que llamáramos a una ambulancia porque tenían el coche cerca. Pedí unos guantes a la chica de las cocinas para mirar y vi que estaba muy dilatada. La chica se puso a llorar y le dije que no se preocupara".
La pareja, "eran andaluces", se marchó del restaurante y poco después llamaron a Esperanza. Había sido niño y había pesado 3,7 kilos. "Serás la madrina", le dijeron a la empresaria. Toda una anécdota.