En Castilla-La Mancha, hay un total de 850 grandes dependientes que están a la espera de su valoración y que, por tanto, no entrarán en la fase de vacunación que incluye a este colectivo. Así lo reflejan un nuevo estudio de la Asociación de Gerentes y Directores de Servicios Sociales, que también critica que desde el Ministerio de Sanidad se haya dejado fuera de este grupo a las cuidadoras no profesionales que atienden de forma directa a las personas con diferentes grados de dependencia, y que en esta comunidad autónoma son 6.349.
Según los datos aportados por este colectivo, en toda España, son 313.000 los grandes dependientes a la espera de la vacuna, al no haber sido valorados ni, por tanto, estar en residencias ni localizables. “La Administración no sabe quiénes son”, apunta la asociación.
“A estas personas se las deja al albur de que un médico o médica acredite enfermedades que requieran apoyos para la vida diaria, como si el personal de medicina estuviese especializado en valoración de la dependencia, además de darles una nueva actividad que sobrecargue aún más su trabajo y sature, más si cabe, los servicios sanitarios en plena pandemia”, argumenta.
En el caso concreto de Castilla-La Mancha, del total estatal de 133.679 personas cuidadoras no profesionales que deberían ser vacunadas por estar cuidando a las personas grandes dependientes, 6.349 pertenecen a la comunidad autónoma. La Asociación de Directores de Servicios Sociales insiste además en que el 75% de las personas cuidadoras no profesionales son mujeres.