'Los redonditos' son personajes que tienen un solo un ojo, “una única forma de ver el sentido de la vida” que la artista Stefanía Se Novillo refleja por medio de imágenes y palabras en una exposición repleta de coloridos dibujos, pequeños cuadros y otras piezas que suponen “una metáfora de nuestro tiempo”. Todo ello, en una muestra que se puede visitar hasta el próximo viernes, 23 de marzo, en la sala Matías Moreno de la Escuela de Arte de Toledo -en horario de 12.30 a 14.30 horas-.
Stefanía, natural de Villacañas y con sangre de “Madrid y el Toledo manchego”, se considera una habitante más del planeta después de haber vivido en numerosos países a lo largo de los últimos años. Una experiencia vital que, de alguna manera, se deja ver en las 28 piezas enmarcadas que componen 'Vida Redondita', más los propios colgadores de las puertas, las tarjetas postales y la obra en trapo que también se expone en la vitrina central de la sala.
Una atmósfera que “envuelve nuestra era, de mensajes de texto de Whatsapp, de e-mails, de información escrita, de tipografía... es como el oxígeno que está dentro de nosotros y el que nos rodea”, describe la artista a toledodiario.es en una entrevista en la que recuerda su formación en la propia escuela, donde realizó su primera exposición en el año 1997, en la misma sala por la que luchó para que pudiera ser “un trampolín y una motivación” para los propios alumnos de este centro. “Es un lugar emblemático y maravilloso de por sí”, resalta Stefanía.
La artista se muestra satisfecha por la acogida que está teniendo la exposición durante este mes de marzo. “Realmente entran a ver una exposición de ilustración con mucho interés. Está gustando y ese es el mejor premio y satisfacción que puede recibir un artista”.
Tal y como reseña el texto que presenta esta muestra, de su amigo Walter Brusius, escritor y pintor alemán, la exposición sustenta “nuestro mundo y también el mundo de Stefanía, su universo, en pocas líneas, en colores vibrantes, un emocionante paseo rápido sucedido en los últimos dos años”. “Dibujos bonitos, pequeños cuadros, pero no en papel blanco, como era de esperar, sino en paginas arrancadas de un libro, los dibujos se colocan sobre el texto”, el cual forma parte “de la piel de personajes” que se muestran en acciones cotidianas como hacer la compra o practicando deporte.
Un texto codificado que se transforma en "un elemento perturbador", en clave de "buen humor" y con un toque de dadaísmo. "Es una metáfora triunfante de nuestro tiempo, en el que constantemente estamos rodeados de mensajes, un bombardeo al que somos sometidos y que forman parte de nuestra cotidaniedad", expresa también Brusius sobre una obra que para Stefanía supone "un nuevo comienzo, la liberación, la contemplación, una reflexión y una vista rápida de nuestro tiempo".
Ser artista "va en el ADN"
Más allá de la exposición en sí, Stefanía relata también su visión de la profesión, sobre la que defiende la formación autodidacta de los artistas, una capacidad que “va en el ADN”, pero en la que también destaca “la importancia” de la formación y el estudio académico. “No solo asistir a clases, hay que leer, ver, experimentar. Hacer arte conlleva años y no hay horarios, son muchos años y ese aprendizaje acaba el día que termina tu existencia”.
En este sentido, recuerda también “los duros inicios” que atravesó en el comienzo de su formación como artista. Una andadura de la que guarda momentos como la instalación que realizó junto a otra compañera de la Escuela de Arte en esta misma sala y que se publicó en un reportaje en la revista 'Aquí'. Una formación que ha ido puliendo en su vida en lugares como Siberia , MontPellier, Paris, Turquía, Euskadi, Cataluña, Alemania, Madrid, Galicia, Grecia, Islas Baleares u otros lugares que se le escapan en su enumeración y en los que también la pasión por el arte le ha cruzado con otro amigos que “han estado de corazón” en esta exposición.
Una exposición que refleja su trabajo creativo al que dedica de ocho a diez horas diarias. “Dibujar y pintar es para mí como respirar”, remarca la artista, que aunque desde pequeña siempre fue “la rarita que iba a cualquier lugar con un papel y un lápiz”, la experiencia adquirida le hacen tener “muy claro qué es el arte” y “el esfuerzo que supone”.
Respecto a futuras exposiciones, Stefanía apunta a que moverá más muestras de este tipo, pero “no más de un par al año, ya que roba mucho tiempo en el que no se puede pintar o dibujar”, acciones que necesita realizar y que también han derivado en tres proyectos de libros ilustrados que saldrán “en su momento”. “No solo por amor al arte vive el hombre”.
Stefanía Se Novillo es miembro de la Asociación Nacional de Ilustradores Profesionales de Madrid (APIM) y ha querido agradecer el apoyo que ha tenido para llevar a cabo esta exposición de Axier Roteta, Alfonso Díez, Pablo Garcia, Elisabeth Sigaud, Patricio Villarroel Bórquez y Paco Rojas, “por su apoyo moral y su aportación en gastos, donando y comprando mi obra, y aguantándome”.