Este próximo martes, 19 de junio, se cumplirán 46 años de la prohibición de baño en el río Tajo a su paso por Toledo a causa de la contaminación de sus aguas. Restricción que se sigue manteniendo actualmente y que, desgraciadamente, no parece viable que se retire a corto plazo.
Como cada día 19, la Plataforma en Defensa del Tajo en Toledo ha vuelto a convocar una manifestación para condenar la situación del río, un escenario de grotescas espumas que distan de la imagen que todavía conservan algunos toledanos que recuerdan haberse bañado en él.
En esta ocasión, la protesta será, al igual que el año anterior, también con un toso de guasa reivindicativa ya que se insta a los asistentes a acudir en bañador, con chanclas, toalla, flotadores o cualquier elemento de baño que sirva para dejar una estampa del deseo de volver a tener un río en condiciones y el, sin embargo, lamentable trance en el que está.
La lucha va en diversos frentes, ya que no se trata solo de recuperar la calidad del agua sino también de demandar una defensa que permita regenerar las riberas del río, conservar su biodiversidad, su fauna y su flora, o aumentar de manera decidida el caudal mínimo de cesión de agua a otras cuencas con la intención de terminar con el trasvase Tajo-Segura.
El punto de quedada será, como es habitual, el Mirador de la Cava, desde donde se hará un recorrido que terminará en la plaza de Zocodover, punto neurálgico donde ya se está convirtiendo en habitual alzar la voz contra cada uno de los últimos trasvases de agua que se han llevado a cabo y que, ahora, estará por ver si siguen manteniéndose con el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez, quien ha mostrado distintas opiniones según el territorio en el que haya tocado esta cuestión.
Precisamente, el día 19 de junio se cumple también otro aniversario, en este caso los 47 años que han transcurrido desde que se aprobó la primera legislación del trasvase, la ley 21/1971 'Sobre el aprovechamiento Tajo-Segura', en la que comienza a determinarse la regulación de las infraestructuras construidas entre la cuenca de estos dos ríos.
Respecto a la prohibición de baño en el río, cabe recordar que el Gobernador Civil de Toledo, por oficios de 19 de junio de 1972, comunicó a todos los alcaldes de las poblaciones toledanas surcadas por el Tajo que, en cumplimiento de la circular número 48 de la Dirección General de Sanidad, quedaba prohibido el baño público en dicho río al comprobarse que sus aguas estaban contaminadas.
Los ayuntamientos debían fijar carteles que anunciaran esa prohibición en lugares visibles y estratégicos, adoptando medidas para su cumplimiento. Medidas, que años antes, en cambio, eran las que regulaban el propio baño en el río, tal y como reza este bando del año 1968, tal solo cuatro antes de que los toledanos tuvieran que buscar otro lugar para sofocar el calor veraniego.