En la lucha contra la mutilación genital femenina (MGF), las y los profesionales de ámbito sanitario desempeñan un papel clave de prevención para el que es fundamental contar con una actitud de escucha y respeto, “sin juzgar nunca a una mujer porque la haya sufrido o porque crea que esta práctica es beneficiosa para su hija”. Así lo aseguran desde la ONG Médicos del Mundo que ha organizado una performance en Toledo para conmemorar el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, que se celebra este domingo.
Desde Médicos del Mundo reclaman que se incrementen y aseguren las formaciones de profesionales de ámbito sanitario para el abordaje de esta práctica con un enfoque cercano a la cultura y a la realidad de las mujeres supervivientes, así como la posibilidad de incorporar la materia en los currículos universitarios especializados.
“Es tan importante tener las herramientas para la intervención como la formación en competencia cultural para que profesionales de la salud puedan abordar la Mutilación Genital Femenina con las familias procedentes de países de riesgo”, ha afirmado Idoia Ugarte, referente política del Grupo Estatal de Mutilación Genital Femenina de Médicos del Mundo.
"Nuestra salud también importa" es el relato que mujeres supervivientes de la mutilación genital femenina hacen de sus vivencias a la hora de acudir a consultas médicas ya sea para sí mismas o con sus hijas. La actriz y cantante Astrid Jones locuta junto a Kadiatou Diallo, agente de salud y activista de Médicos del Mundo Madrid, este corto de animación que nace para sensibilizar sobre la atención a mujeres procedentes de países de riesgo y para destacar el papel de las mediadoras y del personal sanitario que las atiende en la prevención de esta práctica ya la hora de romper barreras existentes -como, por ejemplo, el idioma- y los mitos y las creencias falsas extendidas sobre esta práctica:
El papel esencial de las mediadoras y de la comunidad
La ONG ha constatado que la perspectiva cultural y emocional que aportan las mediadoras comunitarias ha tenido una buena acogida por parte de profesionales sociosanitarios, y ha permitido avanzar hacia un abordaje de la salud con sensibilidad cultural y generar espacios de confianza dentro de la propia comunidad.
El trabajo de prevención debe incluir necesariamente la participación de las mujeres y familias de países donde se practica la mutilación para mejorar las intervenciones focalizadas en el respeto, el diálogo y la no culpabilización hacia culturas y prácticas tradicionales de las familias. De este modo, las mujeres, niñas y adolescentes podrán desarrollar su potencial de transformación social y empoderamiento para liderar un proceso de cambio dirigido al abandono de la MGF.