Tras nacer en el seno de una familia de refugiados, y conocer la huida como forma de vida, Anafha decidió con tan solo 8 años coger papel y bolígrafo y escribir sus vivencias, experiencias y sentimientos. Actualmente, con 14, la escritura sigue siendo su forma de evadirse de una realidad marcada por el machismo, el sexismo, el racismo y las violencias y conflictos bélicos.
La historia de Anafha, nombre ficticio para proteger su identidad, arranca en Pakistán y a día de hoy se desarrolla en Indonesia. “La generación de su abuela huyó de Afganistán a Irán y de Irán a Pakistán. Ella ya era una niña afgana en Pakistán pero aquí, con atentados talibanes y su madre maestra en escuela, fue amenazada y empezaron esta huida que les ha llevado hasta Indonesia pasando por otros países”, explica en declaraciones a este diario Zaida Alonso, una de las actrices que ha llevado a escena la historia de esta adolescente en la obra de teatro documental ‘Anafha’ que estará en Toledo el próximo viernes, 19 de marzo.
“Ella escribe el diario de su huida desde que era pequeñita y nosotros empezamos a contar su historia en 2017”. La compañía de Alonso, 'Teatro de los Invisibles', recibió los manuscritos de la pequeña de manos de la ONG Fabricants de Futur interesada en ellos dada su especialización por el teatro social. “Nos pusieron en contacto directo con la niña a través de redes sociales por lo que realmente ella es la dramaturga de la obra, aunque la hayamos adaptado, es su historia totalmente”.
“Queremos hacer sentir a la gente de Europa cómo se puede sentir una niña refugiada”
Desde Indonesia, y gracias a esas redes sociales, Anafha ha compartido sus experiencias con la compañía teatral y ha podido dirigir los detalles de la puesta en escena de su historia. “Ha tenido que ver en decisiones escénicas. Por ejemplo, decidió representar a su padre como un gorila rosa y por ello la actriz que hace de él se disfraza así. Para ella su padre es un problema enorme porque las maltrata, tanto a ella y a sus hermanos como a su madre”, explica Alonso. “La música que hay a lo largo de toda la obra son sus canciones favoritas”.
Lejos de la estereotipada imagen de las personas refugiadas, el equipo de 3 actrices y un actor que representan la obra lo hacen ataviados al estilo plenamente occidental. “Nosotras hemos seguido la estética de lo que le gusta a ella”, comenta Alonso quien nos explica que Anafha “no vive ajena a la globalización”. “Al fin y al cabo es una niña como puede ser una niña española con la diferencia abismal de la cruda realidad que le ha tocado vivir”.
El mundo occidental, así como los derechos y libertades conseguidos en estos países, son la meta de la joven y su familia. “Su sueño es ir a Canadá para lo que necesitan conseguir el estatus de refugiado”.
Según la actriz, conocer la vida de Anafha es una manera de entender asuntos internacionales. “Llama la atención que, con atentados talibanes a diario, la Unión Europea considere a Afganistán un país seguro”, subraya Alonso quien también considera curioso cómo una niña puede darse cuenta de la ineficacia de ciertas organizaciones. “La niña critica el trabajo de ACNUR porque siente que no les escucha. Siendo una niña es consciente de que ni ella ni su familia avanzan. Tras años y años continúan en Indonesia a pesar de que siguen luchando por el estatus de refugiado que les permita ir a un país donde se reconozcan los derechos de las mujeres”.
Tras tres años interpretando ‘Anafha’, el objetivo de la compañía teatral sigue siendo el mismo: “hacer sentir a la gente de Europa cómo se puede sentir una niña refugiada y por ello transmitimos lo que ella siente, y no su historia a través de nuestros ojos”.
‘Anafha’ se convierte así en una obra de teatro con la que “ser conscientes de cómo Europa vive ajena desde un mundo de privilegios que no es igual en el resto del mundo”.
Según Alonso, la ya adolescente es toda una escritora. “Tiene esa vocación desde pequeña y gracias a ello ha podido difundir lo que le ha pasado y, además, ha conseguido una Beca Montessori en Yakarta con la que actualmente va a una escuela de verdad, tal y como la define ella misma porque antes iba a un colegio de un campo de refugiados”.
“En los ensayos, cuando comenzamos a darle voz y poner en nuestra boca sus palabras, se nos encogía el corazón al saber que una niña tan pequeña había escrito esto. Había trozos que no podíamos hacer sin llorar y llorar”, recuerda la actriz quien añade que, a pesar de ello, “la obra no es un dramón". "Interpretamos la visión de una niña y, en cierto modo, es infantil, lo cual le resta dureza ya que al fin y al cabo lo contamos de una manera natural, no de forma dramática".
Más allá del teatro: “Que una niña tan pequeña haya escrito esto es terrible”
Como actriz, Alonso afirma que esta obra de teatro se ha convertido en todo “un reto profesional porque tienes que darle alma a las palabras de una niña y ser consciente de que vivimos en un mundo de privilegios que borra estas realidades”. “Personalmente al principio tenía un nudo en la garganta todo el rato pero también sientes que es muy enriquecedor: es una forma de poner mi granito de arena para darle voz a esta niña que está representando la misma situación que viven miles de mujeres y niñas que están esperando a ser acogidas”.
“Con esta historia vemos como una niña, desde que es pequeña, puede darse cuenta de lo mal que la tratan por ser migrantes y es terrible”, añade la actriz.
Trabajo, profesionalidad y solidaridad se dan la mano en una compañía teatral que, ante todo, quiere “llevar a escena la voz de aquellas personas que, por diversos motivos, están silenciadas o amordazadas por el sistema en el que vivimos. Contamos historias particulares y pequeñas que dan voz a todo un colectivo”.
Y es que, tal y como recuerda Alonso, el teatro “puede ser un arma de concienciación y de lucha porque podemos dar voz a muchas situaciones que la gente desconoce o que normaliza cuando no son normales”.
Así, cualquier obra “al final siempre es política porque te está dando una visión, que tú puedes tomar o no, te hace pensar y te transforma”. “Como actriz creo que este tipo de teatro es muy necesario porque queda mucho por luchar y todas tenemos que arrimar el hombro y comprometernos con la igualdad”.
Se trata de un compromiso que en Teatro de los Invisibles tienen claro: “con ‘Anafha’ damos a conocer la realidad de millones de refugiados desde la visión de una niña refugiada que cuenta cómo es ser refugiado de por sí y, además, ser mujer y niña, lo cual lo hace todavía más duro”.
El lado más humano del teatro estará con ‘Anafha’ el próximo viernes a partir de las 20 horas en Matadero Lab Toledo.
“Llevamos 6 meses sin poder contactar con ella porque su padre le ha quitado las redes sociales”
La obra de teatro documental ‘Anafha’ cuenta con música en directo y en ella el público encontrará una actuación “entretenida con un final abierto. “Estamos en constante comunicación con ella e incluimos los cambios que se producen en su vida y eso es una de las cosas buenas de nuestra obra: que está viva”.
Sin embargo, tal y como nos cuenta Alonso, la compañía lleva “6 meses meses sin poder contactar con ella porque su padre le ha quitado las redes sociales”.