Mejorar la conservación y la restauración de zonas verdes así como las infraestructuras y la movilidad en el Polígono de Toledo es el objetivo de 'Biobarrio', un estudio que aglutina medio centenar de actuaciones concretas para diseñar un barrio que sea "un modelo de armonía con la naturaleza". Así lo define Iván Dorado, impulsor de una iniciativa para la que ha contado con la ayuda y colaboración de la Facultad de Ciencias Ambientales y Bioquímicas de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), diversos colectivos en defensa del medio ambiente o la Asociación de Vecinos del Tajo, entre otros.
“En el barrio del Polígono los vecinos conviven en un entorno con muchas aves, insectos, anfibios, reptiles, mamíferos, una variada flora, y deben poder seguir haciéndolo. Debemos garantizar el acceso diario a tener experiencias naturales por parte de los vecinos, respetando el entorno natural y urbano que nos rodea”, expone Dorado en las conclusiones que incorpora en este trabajo trasversal que nació en el confinamiento que vivimos tras el inicio de la pandemia y que ha desarrollado a lo largo de los últimos meses.
Natural de Toledo y vecino de este barrio desde pequeño, Dorado es maestro de Educación Física en Educación Primaria y un amante de los animales y de la naturaleza. Su motivación para comenzar a elaborar este documento partió de un incidente puntual en la calle donde vive: "Muchas veces vehículos de particulares y furgonetas de reparto invaden la acera. En una de sus maniobras derribaron un árbol y cansado de esta y otras situaciones envié fotografías a la Asociación de Vecinos El Tajo. Me propusieron plasmarlo en un documento y eso hago”, explica sobre cómo nació 'Biobarrio'.
"A partir de ahí empiezo a relacionar y a conectar situaciones que veo, comienzo una revisión bibliográfica y la iniciativa poco a poco se hace más grande. Pido ayuda y consejos a familiares y amigos y finalmente se alcanzan las 50 propuestas, hay enlaces web y muchas fotos. El resultado es un documento de unas 30 páginas en el que analiza de manera general la pérdida de biodiversidad que está sufriendo el planeta y expone la situación actual del Polígono", subraya el autor de este documento en el que sus propuestas cuentan con "una base científica que muchas veces es sentido común".
En este sentido, defiende la importancia de contar con infraestructuras verdes en la ciudad ya que desempeñan “un papel esencial en la habitabilidad, en la salud y en el bienestar de la ciudadanía”. "Mejoran la calidad del aire, regulan la temperatura, reducen los niveles de ruido y estrés, ofrecen espacios para el ocio, el ejercicio, la contemplación o el descanso”, justifica en este trabajo que destaca “la necesaria aplicación de un modelo acorde con los objetivos de desarrollo sostenible” de la Agenda 2030 y la implementación de la economía circular “como herramienta de consumo sostenible, otro elemento transversal a tener en cuenta”.
Más huertos urbanos, nidos en las fachadas o un arbolado autóctono
Entre los objetivos específicos en los que se basan todas las propuestas, apuesta por lograr la conexión de zonas verdes y de arbolado mediante corredores sin interrupciones o minimizando lo más posible los mismos "a modo de red verde". De igual manera cree necesario integrar la conservación de la diversidad en las edificaciones: "En cada obra nueva, en cada rehabilitación, se pueden incluir medidas muy sencillas como la integración en fachadas de nidos para vencejos o de otras pequeñas aves tan beneficiosas para el ser humano, o la creación de bosques urbanos con especies autóctonas y así recuperar estratégicamente suelo arrebatada a la naturaleza".
Dorado divide en ocho apartados las posibles líneas de actuación que recogen las 50 propuestas que expone en 'Biobarrio'. En primer lugar, incide en la preservación y mantenimiento de la Fuente del Moro y la recuperación de las riberas del río Tajo. Después, enumera diversas medidas para zonas verdes, parques y jardines; huertos urbanos, azoteas y rotondas; fauna y flora; infraestructuras verdes, edificios y mantenimiento; movilidad; gestión municipal del suelo, expansión urbanística y contaminación acústica, y por último destaca acciones para concienciar mediante la educación y participación la protección y conservación del medio natural del barrio.
El retraso del desbroce aprovechando el paso de ovejas y cabras también como siega natural; el incremento del arbolado viario y su variedad y el aumento del número de huertos urbanos ecológicos en parterres, alcorques o parcelas sin edificar; la instalación de hoteles para insectos en zonas verdes urbanas, así como charcas para anfibios, madrigueras artificiales o la instalación de cajas nidos son otras de las propuesta que recoge en el documento. De igual manera, tiene en cuenta la instalación de pasos de fauna que eviten atropellos, llevar a cabo el control de colonias de gatos por parte de voluntarios formados y acreditados.
Un anillo verde para fomentar una movilidad más sana y limpia
Respecto a la movilidad, y en referencia a la conexión de zonas verdes que menciona, plantea crear un anillo verde de doble sentido que incluya carril bici y otros para patinar, correr, pasear o hacer competiciones. En concreto, cree que puede hacerse "aprovechando el parque lineal y Vía Tarpeya, que conecten cerrando el recorrido" y "con la posibilidad de incorporar longitudinalmente a las vías Alberche y Boladiez".
Todo ello aumentando su arbolado, eliminando coberturas artificiales y añadiendo algunas calles transversales estratégicas que conecten sectores del anillo en dirección norte-sur, sin excluir una posible conexión con la zona industrial. Como ejemplo de un diseño de ciudad verde, Dorado cita en el trabajo a Vitoria-Gasteiz -premio Capital Verde Europea en 2012-, donde se ha conseguido un resultado "muy exitoso
'Biobarrio' tiene en cuenta también la necesidad de recuperar y mejorar la zona industrial desde el punto de vista ambiental. "Necesita una restauración global, sobre todo de arbolado para su renaturalización", explica en el estudio, en el que no obvia tampoco cuestiones como la retirada de los vertidos de amianto y otros escombros ilegales, la reducción de la contaminación acústica eliminando, por ejemplo, "la música en los aparcamientos" de los centros comerciales de Fusión y Luz del Tajo para "preservar la tranquilidad del parque forestal Fuente del Moro".
Este trabajo pretende ser un estímulo para "frenar la pérdida de biodiversidad", aunque reconoce que ello dependerá "en gran medida" de que organismos públicos y privados, como ayuntamientos, diputaciones, empresas, grandes y pequeñas, incorporen "la conservación de la biodiversidad como un objetivo estratégico en su modelo de negocio". Asimismo, cree necesario establecer una estrategia elaborada con la participación de "especialistas locales, conocedores de la ciudad, en el estudio y conservación de la naturaleza, (universidades, centros de investigación, profesionales de la empresa privada, asociaciones, organizaciones ambientales con presencia en el municipio o naturalistas locales)".
"Es necesario cambiar la forma y la filosofía de acción, desde todos los niveles del ámbito educativo, desde el ámbito del deporte, que tiene una relación directa con la naturaleza, en definitiva, todos somos responsables y debemos actuar. En general la máxima de 'menos es más' es aplicable en la naturalización urbana. No hay tiempo que perder", subraya Dorado, quien pone su semilla con 'Biobarrio' para impulsar un Polígono más verde y la mejora de la convivencia con su medio natural.